La gran ventaja del libro electrónico
El e-reader, como todo en esta vida, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Aunque es un recién nacido en la historia del mundo editorial, ya existen millones de opiniones a favor y en contra. Defensores y detractores filosofan con profundidad sobre si es mejor un soporte u otro. Los hay que defienden el encanto del papel, su olor y su textura… frente a la frialdad del lector electrónico. Otros, en cambio, dan por muerto aquel pasar las hojas chupándose el dedo y ese penoso acarrear con el último best seller de 800 páginas del autobús a casa y de casa al autobús.
Yo no entro ni salgo: para gustos, colores. Lo único cierto y medible es que el libro electrónico está planteando una revolución editorial y un difícil reto para editoriales y editores de todo el mundo que intentan, como pueden, adaptarse a un proceso de consecuencias aún imprevisibles.
Pero lo que sí creo como lectora es que el e-reader resulta tremendamente cómodo. Leer es ahora más fácil. En cualquier momento puedo sacar mi lector del bolso, en el transporte público, en la sala de espera, en la peluquería, con poca luz o con mucha, con gafas o sin ellas. La vida está llena de pequeñas esperas que nos permiten sumergirnos en el fabuloso universo de la lectura.