Escritores y periodistas
Las preguntas obligadas que todos los periodistas hacen a los escritores.
Yo no digo que los periodistas carezcan de imaginación, aunque bien mirado mejor que así fuera, pero lo que sí resulta cierto es que cuando se enfrentan a un escritor hay una serie de preguntas que no fallan. Son los ingredientes imprescindibles para cocinar la entrevista, igual que la harina o el azúcar forman parte de cualquier pastel.
El escritor Jonathan Franzen, en una conferencia sobre la «Ficción autobiográfica», citaba algunas de esas cuestiones comodín que se formulan a todo escritor: ¿quiénes influyen en su obra?, ¿cómo es su jornada de trabajo?…, y la más habitual de todas: ¿cuánto hay de autobiográfico en sus novelas?
Que nadie se moleste: entiendo que si un periodista pregunta estas cosas es porque transmite lo que la gente quiere conocer acerca de un autor, pero ahora estoy poniéndome del otro lado, del de los escritores cansados de repetir idénticos tópicos, vaguedades, las mismas respuestas aprendidas.
Está claro que los novelistas inventan las historias y crean los personajes. Diseñar el argumento, la forma de llegar al lector, elegir el recorrido, idear el final… nace de la imaginación del escritor.
Pero cualquier novela es tan falsa como verdadera, porque el escritor no es un autómata. Se nutre de su experiencia de vida, de las vidas de los otros, de los demás escritores, de las noticias de los periódicos, de lo que oye, lo que ve, lo que siente, lo que sueña… Para fabular es necesario echar mano de todo esto.
De ahí que para un escritor resulte imposible saber cuánto hay de autobiográfico en cada una de sus novelas. Frazen ofrece una respuesta magnífica para salir airoso ante esta eterna pregunta: «El 17 %».