¿Por qué los líderes deben conocer bien a su equipo?
Es obvio que conocer bien a las personas que trabajan en una organización resulta fundamental para la buena marcha de la empresa; por ejemplo, conviene saber cuánto ha durado el candidato en sus trabajos anteriores, cuáles son sus fortalezas y debilidades, si tiene antecedentes penales etc.
Sin embargo, no me refiero a ese tipo de conocimiento, que se supone llevan a cabo los departamentos de recursos humanos, sino a algo más profundo que lleva a lograr que un empleado se sienta valorado, importante, confiado, motivado y con un fuerte deseo de permanencia en la empresa. Los líderes deben hacer ese trabajo. ¿Qué hacer para conocer a fondo a cada uno de los miembros de su equipo?
Practicar la comunicación saludable
Esto implica que todo el mundo pueda expresar sus opiniones e intercambiar ideas y pareceres con los demás sin atender a su rango, ni puesto jerárquico; sin temor a caer en el ridículo o a ser represaliado por discrepar. Una cultura de comunicación abierta es la base de la salud empresarial y la buena relación laboral.
Interactuar con todos
Es importante sentarse a menudo con los miembros del equipo no solo para darles instrucciones, sino para crear comunidad, eliminar distancias, saber cómo se sienten, guiarlos en la consecución de objetivos, recompensar el esfuerzo, informarse sobre sus expectativas de crecimiento, sobre qué los motiva, con qué disfrutan, cuáles son sus problemas, qué los hace sufrir…
De este modo, será posible conocer la labor que desempeñan, cómo organizan su jornada de trabajo, qué metas se proponen alcanzar o qué ayuda necesitan para lograrlo. De paso, sin caer en preguntas personales, es bueno conocer cómo va su vida personal, qué deporte practican, qué estudian sus hijos o cómo se llama su mascota.
Querer a la gente. Cuando alguien se siente apreciado por sus jefes es difícil que hable mal de ellos. Las emociones que rigen en la empresa no deben ser diferentes de las que reinan en la familia; así que por eso no hablamos mal de nuestros padres o nuestros hijos, no los traicionamos, no tratamos de hacerles daño. El cariño y el reconocimiento hacen que los trabajadores no se sientan excluidos, que se consideren valorados y que deseen estar allí donde son queridos.
Disfrutar juntos
Los líderes no pueden limitarse a rodearse de gente próxima, sino procurar que nadie se sienta excluido ni piense que existen favoritos, empleados de primera y de segunda. Por ello, es importante llevar a cabo actividades fuera del horario laboral. Organizar ocio conjunto, crear ocasiones de relax donde las personas puedan expresar abiertamente sus emociones.
Tener detalles
Una sonrisa con los buenos días, una felicitación en el cumpleaños, un regalo por un acontecimiento extraordinario… son situaciones que hacen que un trabajador se sienta especial, más allá del trabajo de cada día. Ningún líder puede pasar por alto esos momentos clave en la vida de quienes forman parte de la empresa. Las agendas son más importantes de lo que creemos para ofrecer caricias emocionales a quienes nos rodean.
Y una última advertencia, hay que conocer a la gente también para ver lo que no se aprecia a simple vista, porque:
«Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos».
Maquiavelo.