¿Y ahora qué regalo yo en Navidad?
Los que regalábamos libros en Navidad lo tenemos difícil este año. En mi entorno, jóvenes y mayores se han pasado al libro electrónico. Incluso aquellos que ponían reparos («Cansa la vista», «Hay que cargarlo muy a menudo», «Resulta pesado», «Es delicado para llevarlo a ciertos sitios»…) se han dado cuenta de que, una vez que lo tienen, están encantados. La lectura es más sencilla, el tamaño de la letra se adapta a las necesidades de cada uno, los bestsellers de 800 páginas no pesan nada en el e-reader, la batería dura y dura, cabe perfectamente en el bolso… y hasta es más cómodo tomar notas, subrayar, copiar citas y trabajar con textos en formato digital que con rotuladores y post-it.
Quedan aún unos cuantos reticentes que dicen que les gusta el olor del papel y su tacto. Estos son los que aún no tienen un lector electrónico, porque en cuanto lo prueben, probablemente cambiarán de idea… O no. Siempre hay misoneístas y nostálgicos. Y están en su derecho. Sin embargo, recuerdo que, cuando surgió el teléfono móvil, había gente a mi alrededor que decía no quererlo, que no lo necesitaba para nada. Hoy los españoles tenemos 50 millones de móviles, o sea, que unos cuantos no tienen uno sino dos.
Pero vuelvo a mi problema: ¿qué regalo en Navidad? Es cierto que uno puede regalar libros virtuales, enviar un e-book por correo electrónico, pero ¿dónde le pongo el lazo? ¿qué voy a colocar bajo el árbol de Navidad o en los zapatos de los Reyes Magos?
Alberto
Muchos seguiremos siendo fieles a los libros en papel.