ESTRELLA FLORES-CARRETERO
MADRID

Soy psicóloga, profesora, empresaria y escritora, aunque no necesariamente por ese orden. Tengo tres novelas publicadas: «Duele la noche», «Piel de agua» y «Días de sal».

Duele la noche
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El blog de Estrella

Cohesión de equipo y teletrabajo

Por el 22/12/2021

No todo el mundo puede trabajar en remoto, pero, cuando la tarea lo permite, es una opción que muchos prefieren porque les facilita conciliar su vida personal y laboral, porque reduce el estrés y porque tiene beneficios para todos: disminuye el tráfico y la contaminación, reduce los accidentes, rebaja los costes para la empresa para la persona que no tiene gastos de desplazamientos, comidas… En cuanto a la productividad, las cifras son controvertidas. Mientras unos estudios afirman que se incrementa, otros son tajantes: cae hasta un 20 %.

La estadística es difícil de unificar si tenemos en cuenta las diferencias abismales entre unos países y otros, entre personas, empresas, tipos de trabajo… Sea como fuere, teletrabajar resulta una necesidad en tiempos de pandemia y es también una elección que debe brindarse, insisto siempre que sea compatible con el tipo de empresa y se pueda. Es una manera de aumentar su bienestar laboral y su fidelización a la empresa.

Sin embargo, hay algo que debe preocupar a los departamentos de recursos humanos: ¿cómo mantener la cohesión de los equipos que no están juntos físicamente? La clave está en cuidar las emociones. Estos son algunos consejos que sugiero: 

Invertir en tecnología. Se trata de buscar la mejor plataforma tecnológica, sí, pero también de complementar varias, en las que se pueda chatear, tener comunicación instantánea, publicar fotos o mensajes sin esperar a la reunión «formal». Así, las personas no se sienten solas, sino que pueden bromear o pedir ayuda como si estuvieran con alguien a su lado. Es preciso facilitar el acceso a estas plataformas y formar para su uso, contar con ordenadores domésticos que se oigan, se vean con calidad y brindar apoyo tecnológico para cada trabajador en remoto.

Hacer reuniones de trabajo y de emociones. Si puede ser, es preferible hacer encuentros diarios breves. Una reunión virtual de no más de 15 minutos cada mañana es muy recomendable, porque facilita la interrelación del equipo y el conocimiento de lo que hay que hacer, por qué y para quién. Además, nos hace ver que tenemos colegas, que no estamos solos. Hay que programar también una reunión semanal más extensa, donde haya tiempo para hablar de trabajo y de más cosas: de la situación personal, los miedos, las dificultades, las aficiones, las diversiones… Los encuentros online deben ser multitudinarios y también entre dos o tres, para aumentar el tiempo de conversación de persona a persona y descubrir nuestro lado emocional.

Mentorizar y emparejar. Hay que crear parejas de trabajo en las que uno pueda ayudar a otro, sobre todo si es nuevo, pero también si tiene dificultades con la tecnología o si atraviesa una situación personal complicada. Los líderes deben propiciar ese emparejamiento productivo y de calidad humana entre una persona paciente y otra con tendencia al estrés, entre quien ve dificultades y quien encuentra oportunidades, entre el creativo y el resolutivo, etc.

Evitar malentendidos. Vernos en una pantalla no sustituye a un abrazo. Por eso ahora hay que ser más emocional, expresar con palabras los sentimientos, cuidar la claridad, la expresión corporal…  y no dar cabida a las distorsiones. Facilitar la comunicación mediante cuestionarios, que luego se pongan en común, y tener abiertos todos los canales de comunicación es ahora más importante que nunca. 

Celebrar juntos. Cuidar las emociones es hacer que cada trabajador se sienta valorado y comprendido en sus necesidades. Pero también dar oportunidades para el juego, la camaradería y las risas. Las conferencias de trabajo también deben servir para socializar, tomar un café juntos (aunque cada uno esté en su casa), hacer preguntas y dar respuestas. Esto es, lograr que cada uno sepa que cuenta con su equipo para trabajar y compartir emociones. Bécquer, el poeta, lo expresó muy bien: «la soledad es muy hermosa… cuando se tiene alguien a quien decírselo». 

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