El nacimiento de una novela
Con tres novelas publicadas y tres rondas de presentaciones y promociones es normal tener que responder a las mismas preguntas. Lo hago siempre encantada.
Desde que publiqué Días de sal hasta hoy he tenido la suerte de ser entrevistada en muchos medios, por periodistas que se interesan por el proceso creativo del nacimiento de una novela. También mis alumnos y amigos me preguntan. Y yo siempre estoy dispuesta a responder, ¡faltaría más!
El proceso creativo
Suelo contar que mis novelas han nacido de un sueño, el de ser escritora. Pero para que los anhelos se cumplan es imprescindible el ingrediente principal: la pasión. Es cierto que ya desde pequeña me gustaba mucho leer y mi afición favorita con mis hermanos y mis amigos del cole era inventar historias e interpretarlas. Tuve la suerte de crecer en una familia que me proporcionó una infancia feliz y creativa, pero también con la inmensa riqueza de tener cerca a los abuelos, esa fuente de información privilegiada.
Los cuentos de la niñez despiertan la imaginación, así que creo que no me quedaba otra que canalizar las vivencias acumuladas hacia la escritura. Pasé de escribir historias para el colegio a escribir novelas.
Durante la creación de mi primer libro tuve, como cualquiera, muchas incertidumbres, pero supe que debía correr el riesgo, con independencia de si iba a conseguir publicar o no. La vida me ha enseñado que del éxito se aprende solo a veces; del fracaso, siempre. Como está en mi naturaleza arriesgar, cuando en 2008 se publicó Días de sal ya tenía mi segunda novela en mente, Piel de agua. Luego vino el bombazo de poder lanzarla con Penguin para Estados Unidos y Latinoamérica y, a partir de ahí, la experiencia extraordinaria de conocer gente destacada, atender a los medios, acudir a ferias internacionales del libro… y, sobre todo, tener contacto con los lectores y sentir que puedo aportar algo bueno a sus vidas.
Con la tercera novela publicada, Duele la noche, puedo asegurar que triunfar en la vida no es otra cosa que cumplir los sueños personales.
No ha sido fácil ni lo va a ser. La satisfacción de haber logrado mis metas (¡hasta el momento!) es fruto de un gran esfuerzo. Hay que creer en uno mismo, sí, pero también esforzarse cada día, tener disciplina, constancia, responsabilidad, trabajo y más trabajo. Como tantas veces se ha dicho, en una novela hay muy poco de inspiración y casi todo de transpiración. Escuchar, planificar, crear personajes, llorar y reír con ellos, verlos crecer no es sencillo. Como tampoco lo es ver acabado un libro, tenerlo en las manos y esperar que llegue a los lectores.
Las grandes hazañas nunca son fáciles, pero no hay que tener miedo. Es la única manera de que los sueños se conviertan en realidad.
Daniel
«Triunfar en la vida no es otra cosa que cumplir los sueños personales» es una frase enorme, especialmente en el contexto de una sociedad que opta cada día por promover el desprecio por los anhelos, la mirada impaciente hacia la ilusión, el olvido ingrato hacia la rotunda premisa de que todo, todo lo que de este mundo disfrutamos, fue antes un sueño, una ilusión, una fantasía hasta que tocó la impaciencia y el ingenio de alguien. Todas las pantallas, todas sí, desde la del celular hasta la que reemplaza el écran de un cine, los paneles solares, «El Amor en los Tiempos del Cólera», el horno microondas, los antibióticos, la pluma fuente, los calzoncillos, la bomba de agua, el foco incandescente, la toalla higiénica, los portaaviones, los hisopos, la bicicleta, todo, TODO fue antes un proyecto, una idea; y concretarlo para ingresar en lo que se da por llamar desarrollo, progreso, un sueño. «Triunfar en la vida no es otra cosa que cumplir los sueños personales» es la segunda frase que debe presidir en mármol el muro principal de todas las escuelas. La primera es de Blades: «Estudia, trabaja y sé gente primero; ahí está la salvación». Saludos cordiales.
Estrella Flores-Carretero
Daniel, muchas gracias por tus hermosas y edificantes palabras. Totalmente de acuerdo. Un fuerte abrazo.