El significado real de la compensación
Entendemos la compensación como el dinero percibido por la realización de un trabajo, pero es mucho más que eso. Una política de compensación acertada es determinante tanto para las empresas como para los trabajadores. Por un lado, ajustar el gasto supone un factor decisivo para la viabilidad empresarial; por otro, una compensación justa marca la diferencia entre los empleados motivados y los que no lo están; es el verdadero vínculo entre los trabajadores y la corporación en la que prestan sus servicios, el pegamento que permite estrechar los lazos entre empleados y empresa.
La persona que entrega su tiempo, esfuerzo, conocimientos, habilidades y disponibilidad para el desempeño de un trabajo, debe recibir un salario justo a cambio; puede, además, percibir comisiones, horas extras, primas, beneficios por logros, por antigüedad, por méritos o, incluso, por propinas. Pero esto, con ser importantísimo, no puede ni debe ser todo. ¿Cómo compensar a quienes conforman la empresa?
Elaborar un plan de compensación
Hay que empezar por definir el negocio, su misión, visión y valores. Además de conocer los recursos propios, es preciso investigar sobre cuánto paga la competencia. Definir cada puesto, sus funciones y responsabilidades. Una vez establecidos los sueldos, actualizarlos cuando corresponda, premiar a quienes más interesen a la empresa y ser justos, lo que no quiere decir igualitarios: por ejemplo, retribuir por igual a quien tiene horario fijo, que el que tiene toda la disponibilidad, etc., como tampoco se puede obviar la ayuda a los desfavorecidos mediante fundaciones o políticas de responsabilidad social corporativa.
Incentivar sin presionar
Ofrecer compensaciones económicas por desempeño ayuda a la gente a esforzarse más y a querer alcanzar nuevos retos, pero no hay que presionar hasta el punto de provocar estrés, ni frustración entre las personas que no pueden alcanzar los mismos objetivos que otras. En ocasiones, también se puede premiar de otro modo, por ejemplo, con un viaje de incentivos.
El dinero no lo es todo
Hay otras formas de compensar a los trabajadores, aparte de la monetaria. Un seguro médico, un servicio de cuidado de niños, abonos de gimnasio, transporte, aparcamiento, comidas, asesoramiento legal… Cuando la empresa no puede permitirse aumentar el gasto, sí podrá negociar en condiciones más ventajosas, al ser para un colectivo, como por ejemplo una póliza de asistencia sanitaria, y los empleados lo agradecerán, aunque tengan que pagar una parte.
Un lugar en el que apetezca estar
Cuidar la seguridad de los trabajadores es demostrarles que importan. Hay que mimar su bienestar: luz adecuada, armonía, mobiliario adaptado a sus necesidades, espacios de ocio, un sitio donde puedan comer si lo desean, un rincón donde relajarse…
La compensación emocional
La verdadera compensación es lograr que los empleados, además de estar justamente retribuidos, sean felices. Poder teletrabajar insisto, y siempre que sea viable, facilitar la flexibilidad horaria para cubrir necesidades personales o familiares, recibir palabras de agradecimiento, saber que tienen apoyo emocional y psicológico, pedir lo que necesitan, sentirse valorados y útiles…
Por último, no hay que olvidar la formación, un elemento básico que ayuda a desarrollarse personal y profesionalmente, a alcanzar el nivel más alto en la famosa pirámide de Maslow: la autorrealización, el logro más elevado, el sentido de la vida.