¿Eres realmente un líder?
Un artículo publicado en Harvard Business Review (2011) establecía el concepto del auténtico liderazgo. Se basaba en el estudio elaborado a partir de 125 entrevistas a líderes. Los autores (George, Sims, McLean y Mayer), profesores universitarios en escuelas de negocios norteamericanas, resumieron los rasgos de los líderes de verdad, y entre ellos, en ningún caso se encontraban personas distantes, que jamás se equivocaban, que adoptaban posiciones de reconocimiento por encima del resto ni que achacaban los errores a los otros.
El verdadero líder es el que lidera con humildad, dirigiendo con decisión y responsabilidad, dando importancia a su equipo. Es alguien que, aun estando siempre delante, deja el protagonismo a los otros. Liderar desde la jerarquía es pasado. El respeto se gana, no se impone (autoridad vs. jerarquía).
Estas son las conductas que jamás se reconocen en un líder:
— Gritar, ofender, agredir (aunque sea verbalmente). Los gritos y la agresividad señalan debilidad, inseguridad, y se convierten en ofensa hacia las personas que, normalmente, no responden por miedo.
— Mentir para justificar la acción. A veces el “jefe” altera la realidad para mirar las cosas desde la propia particularidad. Rodearse de personas interesadas y que fomentan el aumento del ego es muy común. La prudencia en los comentarios es una virtud de la que carecen.
Para ser un líder auténtico hay que actuar desde la humildad en el liderazgo:
- Un líder es mejor cuando la gente le reconoce como una persona prudente, cuando hace su trabajo y cumple sus metas. El verdadero líder no dirá «lo hice yo», sino «lo hicimos nosotros».
- Un líder está al servicio de los demás, hace crecer a su equipo, es cercano y sirve de ejemplo para los demás.
- Un líder permite que los demás sean los protagonistas de la historia y trata de no brillar por encima del equipo.
- Un líder sabe gestionar la humildad en el liderazgo, de tal forma que inspira al equipo y, sobre todo, motiva a que sus miembros del equipo le sigan. Tendrá el respeto de sus subordinados por la coherencia personal. De este modo, es capaz de sacar el máximo talento de quienes le rodean y, por lo tanto, de lograr los mejores resultados para el equipo.
- Un líder humilde se rodea de personas que se animan a hablar, a opinar, y así, cuando surgen puntos de vista diferentes, todos los aportan para que el crecimiento de grupo sea posible.
Los líderes humildes están tan seguros de sí mismos que se muestran dispuestos a buscar ayuda cuando es necesario y a intensificar la búsqueda del apoyo de todos los miembros del equipo ante los grandes retos.
«Para liderar a la gente camina tras ellos», escribió Lao-Tse. Eso es lo que te hará grande como líder.