La moda de los libros largos
Los editores quieren libros más largos. No sé si es porque los lectores los prefieren o si solo se trata de un reclamo publicitario tipo detergente: ¡Ahora con el 20 % gratis!
Me encuentro con un artículo sobre el número de páginas de los libros. Al parecer, crece constantemente, un 25 % más durante los últimos 15 años. La preferencia por los libros gordos se dispara si hablamos de los juveniles, donde el volumen ha aumentado en un 173 %. The Guardian refleja un estudio sobre más de 2.500 libros de éxito, aparecidos en The New York Times, que revela que en 1999 el promedio de páginas era de 320, mientras que en 2014 subieron a 40o de media. Las conclusiones es que nos encontramos con un crecimiento anual de 80 páginas al año.
Lo mismo está pasando con los premios literarios. El artículo cita el Booker, uno de los más prestigiosos galardones, en el que las cinco novelas ganadoras durante los primeros años tuvieron de media 300 páginas, mientras que las cinco últimas pasan de 500.
Las razones de este aumento constante pueden estar en la aparición de los lectores electrónicos. Llevar un librote en el autobús o sujetarlo en la hamaca de la playa resulta bastante incómodo, pero si lo tienes en el e-reader, el tamaño te da lo mismo.
También puede ser porque en este país, donde poca gente lee –el último informe de El sector del libro en España revela que el 35 % de la gente no lee nunca o casi nunca–, quienes lo hacen es porque realmente aman tanto la lectura que les da igual las páginas que les echen.
Otra posibilidad es que como la gente lee poco, prefiera compra libros al peso, algo así como lo que decía más arriba: cuanto más nos den por el mismo precio, mejor.
La verdad es que no acierto a entender este fenómeno. Cuando voy al cine, no valoro más una película que dure tres horas por encima de una de 90 minutos. Con los libros tampoco.
Y dicho esto, mi próxima novela, Duele la noche, tendrá más páginas que las anteriores.