Libros delgados contra libros gordos
Hay quien prefiere libros gordos, como si los valorara al peso, y hay quien, por principio, descarta los que superan las 300 páginas.
Los motivos para comprar un libro u otro son muy diversos.
¿Qué ocurre cuando acudimos a una librería? Hay gente que elige sus lecturas en función del autor, del género literario, de los elogios que haya suscitado una obra entre los críticos, de las recomendaciones de un amigo cuya opinión considera «de fiar»…
Otras personas, en cambio, se dejan llevar por un título sugerente o incluso por el diseño atractivo de una portada; así de simple. Puede que no acierten, pero ¿y si consiguen el premio de descubrir a un gran autor?
Y luego están los que eligen un volumen según su número de páginas. El libro breve tiene sus fans, porque hay lectores que piensan: «no quiero cansarme, y lo bueno si breve…». También es posible que opinen lo contrario: «este libro me va a saber a poco, me lo ventilo en un par de horas…». Ocurre lo mismo con las películas: ¿quién no ha terminado sentado en la butaca, decepcionado, con ganas de más y preguntándose: ‘¿ya?, ¿esto esto todo?’».
La gente ha cambiado su forma de leer debido a Internet. Las lecturas en una pantalla son más digeribles cuando son breves. Por ejemplo, en este blog yo pienso que no debo cansar a mis lectores (si es que tengo alguno) escribiendo un post muy largo.
Si hacemos la prueba de preguntar a la gente qué prefiere, libros largos o cortos, habrá tantas personas que nos digan una cosa como la otra. Parecería que en estos momentos en que el ocio y el tiempo para la lectura son ratos breves robados a las muchas ocupaciones, un trayecto en metro, una espera en la antesala del dentista…, lo mejor sería elegir novelas cortas o incluso relatos, porque no hay nada más desalentador que retomar un libro de tarde en tarde y ver que hemos olvidado personajes y situaciones desde la última vez que lo abrimos. Sin embargo, cuando estamos de vacaciones o sabemos que no nos va a faltar tiempo, cómo se disfrutan los buenos novelones largos, esos con los que nos gusta estar y que no queremos que se acaben nunca.
¿Y vosotros qué opináis?, ¿preferís libros cortos o largos?
Aida
Pues depende. A Madame Bovary no le quitaría ni una sola línea, en cambio, a la Montaña Mágica, que también es una obra maestra y también me gusta muchísimo, le quitaría unas cuantas.
En general, me parece que es más fácil acertar con un libro breve que con uno largo. Y uno de mis autores favoritos, Stefan Sweig, consideraba que hay que esforzarse muchísimo en resumir, él sostenía que los clásicos (nada menos) deberían ser reescritos para eliminar todo lo que les sobra. Seguro que tenía razón.
Estrella Flores-Carretero
Gracias por tu comentario. Creo que tienes toda la razón. Un saludo.
Tolent
Libros cortos siempre que haya coherencia, buena información en poco tiempo.