Lectores bajo control
No tengo nada en contra de la lectura en formato digital. Ya lo he dicho muchas veces en este blog: leo en papel y leo en pantalla. Pero me pregunto ¿por qué tanto interés en que digamos adiós a los libros de toda la vida?
Cuando uno lee un libro en papel es un lector anónimo. En la intimidad del propio sofá, nadie sabe si se distrae, si tiene que volver atrás, si se salta la paja y va al grano, si desconoce tal o cual palabra…
En cambio, nuestras lecturas en pantalla quedan registradas. Hay robots dedicados a recoger los datos de nuestras preferencias y nuestras compras. Para Amazon, por ejemplo, resulta esencial conocer nuestros gustos con el fin de ofrecernos todo aquello que pueda interesarnos. Los genios del marketing están al acecho para enviarnos sus recomendaciones, decirnos que la gente que leyó a este autor también disfrutó con este otro y que quienes compraron el libro tal también adquirieron el volumen cual.
No es que me parezca mal, porque a veces esas sugerencias resultan útiles (la publicidad también tiene su lado informativo), pero me molesta estar reportando mis gustos, aceptando cookies por donde paso, cerrando ventanas emergentes, defendiéndome del acoso de correos electrónicos…
¿Quién sigue nuestro rastro?
Mientras estamos, conectados nuestra geolocalización y nuestras preferencias pueden ser conocidas, dejamos una huella que permite que vigilen nuestras vidas, vendan nuestros datos, conozcan nuestros gustos y lo sepan todo acerca de nosotros. Y ahora me diréis: qué importa, podemos defendernos contra la invasión del marketing digital, limpiamos las cookies de nuestros dispositivos regularmente, nadie nos obliga a adquirir lo que no deseamos y prevalece nuestro derecho a decir no. Por supuesto, pero creo que existen demasiados intereses para que todo lo que hagamos sea de manera digital, a través del ordenador, la tableta o el smartphone: operaciones bancarias, transacciones comerciales, compras, lecturas…
Por eso os recomiendo este libro: Elogio del papel, de Roberto Casati, un filósofo que alerta contra lo que él denomina el «colonialismo digital». Acercarnos a nuestra librería, comprar un libro en papel y leerlo en casita no deja huella, y por tanto, no interesa. ¿O soy malpensada?
Gracia
Me resulta muy relajante la lectura sobre papel, me gusta su olor, se despiertan multitud de sensaciones y me traslado a vivir lo que leo. Fantaseo a mi gusto.
La lectura digital me resulta mas fría y cansada y considero que hay muchos intereses creados que a mí no me interesan. Sí encuentro una ventaja, nada desdeñable, en la lectura digital, y es el ahorro de espacio físico.
Estrella Flores-Carretero
Gracias por tu opinión. Un abrazo.