Los alimentos del escritor
Escribir es un acto solitario, pero antes de sentarse delante de la página en blanco hay que alimentarse de experiencias.
Hay escritores huraños, que viven aislados y se relacionan con los demás lo menos posible. Paradójicamente encuentran en sí mismos a todos los otros y su introspección hace que puedan reflejar el alma humana con sus complejidades sin necesitar a los demás como modelos.
Escritores sociales
Pero hay otros escritores que se alimentan de la compañía de la gente, del placer de la buena amistad, de la risa, de la vida social… Con ello, además de ganar en felicidad, nutren sus novelas.
Este tipo de escritores pueden estar rodeados de gente pensando cosas como tengo que recordar esto, que no se me olvide anotar que…, esta anécdota me va a venir bien para recrear la situación del protagonista, ese rasgo le irá bien a mi personaje…
Otras veces, en cambio, parece que el escritor se olvida de nutrir su novela; está solamente centrado en vivir la situación, en disfrutar de la amistad, en abrir su mente. No toma notas, ni reales ni mentales. Nada parece que pueda convenir a la trama que tiene en desarrollo y, sin embargo, cuando se sienta a escribir, todo fluye, aparentemente sin pensar, es porque emana de la experiencia vivida.
Escritores viajeros
La idea de una novela, el guion, la selección del material, la recopilación, la organización… necesitan también de la observación de lo que ocurre a nuestro alrededor no como espectadores, sino como actores de la vida.
Para escribir hay que pensar, pero también vivir. A menudo, después de la experiencia de un viaje en el que estamos ocupados en adaptarnos a contextos desconocidos, descubrir nuevas personas, salir de nuestra zona de confort, llegamos a casa y nos damos cuenta de que necesitamos volver a escribir, nos sentimos plenamente creativos. No hay riqueza mayor que la que aportan los viajes.
Escritores lectores
Creo que las mejores ideas nacen de la experiencia propia y de la observación de los otros. Y también de la lectura.
Los escritores necesitan el alimento de la información porque no siempre es posible imaginar lo que no se conoce. Y, ya lo he dicho más veces, para escribir hay que leer.
Todo escritor vive atento, de una forma u otra, a lo que ocurre a su alrededor porque necesita nutrirse para crear. ¡Y yo creo que hay que comer de todo!
Mª Isabel Delgado Gonzalez
Las persona pueden realizar tareas básicas,instrumentales y avanzadas.
¿ Por qué no poder plasmar dichas vivencias en un libro?
Escribir dejándote llevar es como enfrentarte a un lienzo en blanco donde los pinceles marcan con el baile de nuestra mano una coreografía que resultan agradable a la vista.
Nutrir nuestros sentidos hacen que estos desarrollen habilidades, que gratamente nos podrían sorprender.
«Relacionarse y vivir puede desembocar en escribir»