Los niños mandan
Muchos decimos que el libro en papel nunca morirá, que es insustituible, que va a coexistir con el libro electrónico…, pero la verdad es que no tenemos ni idea de lo que puede pasar en un futuro no muy lejano. Nuestra mentalidad es otra y no tiene nada que ver con la de los niños de ahora, los nativos digitales.
Los datos dicen que el 10 % de los menores de un año ya utilizan pantallas. Ese porcentaje de usuarios digitales se eleva al 50 % si hablamos de menores de 8 años.
Sorprende observar cómo, antes de saber leer, los niños se mueven con soltura entre imágenes y símbolos, intuyen el lenguaje informático, tocan aquí y allá para encontrar lo que quieren y lo consiguen. Su destreza, agilidad mental y rapidez visual nos parecen cualidades innatas envidiables, y más si tomamos en consideración lo que nos ha costado a muchos de nosotros descubrir todas las funciones de nuestro smartphone o dejar de pensar que nuestra tableta tiene voluntad propia.
Todos hemos visto cómo los padres dejan su teléfono a sus hijos muy, muy pequeños, y cómo estos caen en la más absoluta fascinación con el juego de turno, haciendo dibujos, viendo vídeos una y otra vez o, simplemente, explorando, interaccionando con la pantalla. Basta con observar a los pequeños para comprender que ni el empeño político ni las mejores campañas de márketin podrán torcer su voluntad: los niños de ahora son los que pronto van a decidir la muerte o la supervivencia del libro en papel.