¿Manejas tus emociones en una entrevista de trabajo?
El filósofo griego Platón afirmaba que «el comportamiento humano fluye de tres fuentes principales: deseo, emoción y conocimiento«. Esta cita milenaria cobra una relevancia impresionante en el contexto actual, donde las habilidades blandas son consideradas clave para el desempeño exitoso en el ámbito laboral.
La elección de Platón de presentar estas fuentes en este orden no parece ser fortuita, sino más bien una reflexión profunda sobre la naturaleza humana, su influencia en las acciones y decisiones que tomamos.
Hoy es cada vez más común observar que individuos altamente cualificados desde el punto de vista profesional encuentran dificultades al enfrentarse a entrevistas personales en los procesos de selección laboral.
Esta problemática se debe, en gran medida, al creciente interés de los seleccionadores de recursos humanos en estas habilidades blandas, que no es más que la capacidad de gestionar las emociones de manera adecuada en entornos laborales y sociales.
Es un hecho conocido que el éxito en el ámbito laboral depende en mayor medida de estas habilidades más que del conocimiento técnico, y a su vez estas habilidades incluyen la inteligencia emocional, la capacidad de comunicación efectiva, la empatía, la resolución de conflictos y la capacidad de trabajo en equipo. Todo esto supone colaboración, adaptabilidad y resiliencia, habilidades altamente valoradas.
Por lo tanto, el manejo de las emociones es una habilidad que puede y debe ser aprendida y desarrollada, al igual que cualquier otra destreza. Existen lugares donde se puede recibir formación especializada, como en las jornadas de Inteligencia Emocional o en la Academia de las Emociones del IEIE (Instituto Europeo de Inteligencias Eficientes (España y América), que cuenta con más de 20 años de experiencia en este campo, brindando entrenamiento a individuos interesados en mejorar sus habilidades emocionales en el mundo laboral y personal.
La relevancia de esta competencia va más allá del ámbito laboral, abarcando aspectos fundamentales en la esfera personal, social y en las relaciones de pareja. Daniel Goleman, reconocido autor del libro «Inteligencia Emocional«, destacaba que «la capacidad de gestionar las propias emociones y comprender las de los demás es crucial para el éxito en todas las áreas de la vida».
En mi opinión, para que la entrevista de trabajo sea un éxito, es imprescindible:
Acudir bien preparados
El conocimiento proporciona seguridad. Saber cuanto más mejor sobre la empresa en la que se desea trabajar, y no solo sobre su producción, sino también sobre su historia, su misión, sus valores, su política social… Esto permitirá hacer preguntas, interactuar y evitará tensiones.
Ser puntual y cuidar el lenguaje corporal
La puntualidad demuestra el respeto por el tiempo de los demás y refleja profesionalidad, ya que es un signo de organización y fiabilidad. En cuanto al cuerpo, gestos, posturas, contacto visual y expresiones faciales, comunican sobre la personalidad y su actitud.
Mantener postura erguida, hacer contacto visual, sonreír adecuadamente y mostrar interés contribuyen a proyectar una imagen más profesional y segura, lo que influye positivamente en la percepción del entrevistador.
Responder honestamente
Es fundamental por varias razones; demuestra transparencia y sinceridad contribuyendo a una relación de confianza para una colaboración buena futura, permite conocer las habilidades, experiencias y expectativas d este modo saber ajustarse a las necesidades por parte del trabajador y de la empresa, y por último mejorar la toma de decisiones en cuanto a la idoneidad del puesto y construir relaciones duraderas.
Cultivar y demostrar un adecuado manejo emocional
En palabras de R. Bisquerra, experto en inteligencia emocional, «la gestión emocional es la base para el desarrollo de habilidades interpersonales efectivas». Durante una entrevista laboral, la capacidad para controlar el nerviosismo, expresar confianza y empatizar con el entrevistador son aspectos clave que pueden marcar la diferencia entre un candidato prometedor y uno sobresaliente.
Mostrarse genuino, expresar emociones de manera adecuada y establecer una conexión empática con el entrevistador pueden influir positivamente en la percepción que este tenga del candidato y en la construcción de una relación de confianza mutua.
Tal como menciona la psicóloga Brené Brown en su obra «El Poder de la Vulnerabilidad», la autenticidad y la conexión emocional son pilares fundamentales en cualquier interacción humana, incluyendo las entrevistas de trabajo y siempre será un éxito.