Mentalidad de crecimiento para atraer el éxito
Hablar de talento es hablar de habilidades y capacidades naturales que una persona posee para realizar ciertas actividades con facilidad y excelencia. Siempre digo que el talento de las empresas es descubrirlo y cultivarlo para conseguir el éxito.
Anders Ericsson, psicólogo conocido por su teoría de las “diez mil horas de práctica”, habla de que el talento se puede desarrollar a través de una práctica deliberada y enfocada, y en el caso de las grandes y no tan grandes compañías, es importante buscarlo e incentivarlo.
Pero el talento guarda mucha relación con “la mentalidad de crecimiento”. La destacada psicóloga C. Dweck, profesora de la Universidad de Stanford, ha llevado a cabo estudios sobre la “mentalidad de crecimiento y su relación en el logro del talento.
En el ámbito de la empresa, desde mi punto de vista, es lo mismo. Se trata de un modo de pensar que se centra en el desarrollo y en el aprendizaje continuo, en lugar de quedarse estancado con las habilidades y capacidades que se han realizado “desde siempre”.
La mentalidad de crecimiento debe ser parte de la cultura corporativa, en un sistema en que las personas puedan aprender, mejorar y crecer en cualquiera de las áreas de sus vidas y de su profesión, incluidos los talentos.
Estimular una mentalidad de crecimiento en las personas que componen una empresa significa hacerla más grande. Requiere tiempo y esfuerzo, además de motivación para que la persona alcance a un mayor desarrollo personal y profesional. Por todo ello, las organizaciones deben:
Abrazar los desafíos
En lugar de evitarlos, hay que aceptarlos valientemente, verlos como oportunidades para crecer y aprender. Y aprender significa superar los miedos a los obstáculos que se presenten en el camino a donde se dirige, expandiendo límites y alcanzando nuevas metas. Esta es una ventaja competitiva.
Aprender de los fracasos
En lugar de ver los fracasos como algo negativo, se debe fomentar el aprendizaje de ellos. Analizar lo que salió mal y buscar la manera de mejorar en el futuro. El fracaso no es el final, es sólo el comienzo de una lección de aprendizaje, porque no hay error más grande que no aprender de los fracasos. K. Bryant decía “no temo al fracaso. Sólo temo no haberme esforzado lo suficiente”
Fomentar la curiosidad
Cultivar la curiosidad es la manera de buscar constantemente nuevas formas de hacer crecer la empresa. Estimula la innovación y el pensamiento creativo de aquellos que poseen los talentos. Esto ayuda para estimular la curiosidad entre los empleados y el trabajo colaborativo que conduzca a una mayor satisfacción del trabajador y del cliente.
Cultiva una mentalidad positiva
Mantener una actitud positiva frente a los desafíos. Fomentar el optimismo y la proactividad, enfocarse en los aspectos favorables de las situaciones, así como enfrentar los desafíos con determinación y buscar soluciones constructivas. Thomas Edison decía “nuestra mayor debilidad es rendirnos. La forma más segura de tener éxito es intentarlo siempre una vez más”
Establece metas realistas pero desafiantes
Virgilio decía “pueden porque creen que pueden”. Fijar metas que inspiren a crecer y superarse, pero hay que asegurarse de que sean alcanzables y siempre atreviéndose. Hay que ir celebrando los logros a medida que se avanza.
Busca feedback constante
Buscar feedback dentro de las propias empresas para conseguir personas confiables y dispuestas a ofrecerte una perspectiva constructiva. Aprende a recibir críticas de manera abierta y utilizar esa información para mejorar.
Esto es un logro para los equipos, siempre que se esté formado para ello. Buscar el talento dentro de las organizaciones ayuda al éxito y es un reto de cualquier empresa, pero, además, integrarlo como parte de la cultura de ésta es la seguridad de éxito. Y acabaré con un proverbio chino que dice: “Las perlas no crecen en la costa. Si quieres una tienes que bucear para conseguirla”.