Librería café o café librería… Para leer una cerveza y beberse un libro
También en España empiezan a surgir los locales en los que se puede compaginar el placer de leer un libro con el de estar en un bar.
Esos espacios silenciosos con gente que hojea libros y busca títulos entre abarrotados estantes, esos lugares a los que uno va a pedir consejo y recomendaciones de lectura, esas librerías de toda la vida están reinventándose.
La dura competencia del libro electrónico, la comodidad de la compra por Internet y la oferta de los hipermercados, que igual venden novelas que acelgas, obliga a los libreros a renovarse para seguir mostrando a los lectores que su papel es importante y su existencia insustituible.
La lectura no tiene por qué ser exclusivamente un acto individual y solitario, leer también puede ser social. Por eso empiezan a proliferar las librerías como punto de encuentro, con wifi para poder trabajar o navegar reposadamente, con periódicos para la clientela. Las hay especializadas en cómics, en cine, en teatro, en arte, en literatura contemporánea… Son sitios acogedores, revestidos con el calor único que dan los libros y que animan a compartir reflexiones, a leer en voz alta un poema, a descifrar juntos un aforismo. Recuperan el placer de la tertulia, el sano ejercicio de resumir un argumento y hacer crítica literaria para los amigos.
A mí me encantan estas librerías sin prisas, en las que no importa que un amigo se retrase, en las que siempre quiero quedarme, esas librerías que me permiten degustar páginas y tartas caseras, leer una cerveza, beber un libro…
milena
Qué lejos quedaron aquellos bares tertulianos, por llamarlos de alguna manera, en la que los estudiantes, además de pasear los libros, comentábamos nuestras inquietudes, nuestras ideas, nuestras lecturas…
Qué lejos quedaron aquellas reuniones, en las que no quedábamos para beber, sino para saborear esos acontecimientos que vivíamos durante la semana y que teníamos la necesidad de compartir, con aquellos que llamábamos amigos…
Qué lejos quedaron los sentimientos, que al menos alguno intentamos atraer al presente y al futuro de aquellos que nos rodean y que piensan que embriagarse de alcohol es la manera de saborear la vida…
Qué lejos queda comparar un libro con una máquina fría. Porque al igual que la embriaguez de alcohol produce resaca, el tacto de un libro electrónico, al menos para mí no trasmite, esos sentimientos que quiero atraer al presente de los niños que me rodean, simplemente transmite frialdad.
Qué lejos me queda transmitir correctamente todo lo que siento y pienso……….Y aun así te lo cuento.
Un saludo.
Estrella Flores-Carretero
Gracias por tu bonito comentario. Un saludo.
milena
Gracias a ti, por ser tan cercana , y transmitir todos tus conocimientos.