5 consejos para que tus hijos lean
No se trata de obligarlos a leer, sino de que lleguen a amar la lectura. Y eso es fácil de conseguir.
1 Regalarles libros desde que nacen
Yo creo que el libro debe ser un objeto presente en la vida de los niños desde que son bebés. Hay magníficos libros para pequeños de todas las edades. Sentarnos juntos a ver sus dibujos es importante. Los padres saben mucho de esos largos ratos de ¿cómo hace el pollito? y ¿qué dice el lobo? Aunque el bebé aún no sepa más que golpear las páginas y apenas preste atención, ya entrena la concentración, el pensamiento, la motricidad, la coordinación ojo-mano y, sobre todo, relaciona el libro con el gusto de estar al lado de papá y mamá disfrutando juntos. No hay que olvidar regalar libros a los niños en estas fechas, pero también el resto del año.
2 Buscar libros que les gusten
Si a nuestro hijo le parece un rollo la edición infantil de El Quijote, no hay por qué imponérsela. No tenemos que elegir los libros que consideremos convenientes para su formación. Si le damos lo que le apetezca y no le ridiculizamos por sus gustos, con el tiempo aprenderá a abrir sus criterios de selección. No nos arriesguemos a que tome manía a la lectura.
3 Leer con ellos
Leer juntos, incluso cuando ya son mayores, es un gran estímulo para que lean de por vida. Los niños quieren, por encima de todo, pasar tiempo con sus padres. Si desde pequeños consideramos sagrada la hora del cuento de buenas noches, en la que ellos (cuando sepan) lean una página y nosotros otra, su amor por la lectura quedará sellado para siempre. Establezcamos ese rato especial desde el primer día hasta que nos echen de su habitación.
4 No presionarlos
Es verdad que las obligaciones escolares pueden poner nerviosos a los padres, pero no metamos prisa a los niños. Cada uno tiene unas capacidades y unas destrezas diferentes. No los corrijamos constantemente mientras leen ni los riñamos por hacerlo mal. Centrémonos en disfrutar del contenido a su lado, en resaltar lo positivo y en alabar cada pequeño avance en lugar de criticarlos. Pronto aprenderán a separar la obligación escolar del placentero tiempo de ocio.
5 Predicar con el ejemplo
No basta con decir a los hijos que lean; tienen que vernos leer. ¿Por qué sino iban a hacer algo que nosotros nunca hacemos? Si tus hijos no te ven cada día interesado en un libro; si en casa no habláis de lecturas, de tramas, personajes, argumentos, novelas, cómics…; si jamás visitáis juntos las librerías y las ferias; si no compráis libros periódicamente y con ilusión, será un milagro que se conviertan en buenos lectores. Los niños tienen que crecen rodeados de libros y, además, ver que sus padres los utilizan para algo más que decorar el salón.