España, país de piratas
La propiedad intelectual no es diferente de cualquier otra propiedad. Algo falla cuando a tanta gente le parece bien apropiarse de lo ajeno sin pagar por ello.
Las descargas ilegales de libros en España suponen una grave pérdida económica de casi 400 millones de euros al año. Y lejos de disminuir, esta cifra aumenta.
El Observatorio de la Piratería, en sus estadísticas anuales, ha recogido toda una serie de pretextos que llevan a la gente a justificar su acto de robo: el primero «porque los contenidos son muy caros». Sorprende esta afirmación del 62 %. No creo que los libros sean en absoluto productos caros. Y menos si se rebaja el IVA al 4%, como ha prometido el Gobierno. El alcohol, la ropa, los cosméticos… tienen precios mucho más elevados, si se pudieran comparar necesidades y prestaciones tan dispares.
Un 53 % de los encuestados dice que piratea porque ya paga su conexión a internet. Otra disculpa ridícula, es como si por abonar la gasolina de nuestro coche, nos creyéramos con derecho a ahorrarnos la póliza del seguro.
Y la más increíble de las excusas, un 30 % confiesa que roba «porque todo el mundo lo hace». Aunque, lamentablemente, en este país empieza a ser cierto.
Todos perdemos
En 2015 aumentaron las pérdidas por pirateo en 50 millones. El Observatorio asegura que el 87,5 % de los contenidos digitales consumidos en 2015 fueron ilegales.
La piratería no solo perjudica a los trabajadores del sector al que roba, como escritores, músicos, intelectuales, fotógrafos, trabajadores de la industria del espectáculo, el cine, la televisión…, sino a todos. Se calcula que por su culpa las arcas públicas dejaron de recibir el pasado año 547 millones de euros, entre IVA, IRPF y cotizaciones a la Seguridad Social. En un escenario sin piratería se generarían 21 772 empleos directos y cerca de 100 000 indirectos.
Creo que urge un compromiso por parte de todos. Piratear debe tener consecuencias legales y la Administración, igual que impone implacablemente multas de tráfico, tiene que exigir que quien se apropia de lo ajeno pague por ello.
Tenemos el deber de inculcar a nuestros hijos y alumnos que piratear es un delito. Pero también a nuestros compañeros, familiares, amigos y a nosotros mismos. La propiedad intelectual no debe ser menospreciada ni calificada como menos importante que otro tipo de propiedades.
Robar es robar.