El IVA de los libros
Francia, Alemania, Polonia e Italia reclaman el IVA reducido en el libro electrónico.
Ya he dicho más veces en este blog que, en mi opinión, los libros no son caros. Un libro proporciona horas y horas de placer, entre otras muchas ventajas para el intelecto, el ánimo o la cultura. Comparativamente, creo que es bastante más caro tomarse un gin-tonic o ir a cenar a un restaurante, algo que mucha gente hace más de una vez al mes.
IVA para todos
Los libros en papel tienen un IVA reducido, mientras que los libros electrónicos están gravados con el mismo tipo que soportan el resto de los productos: en España, por ejemplo, se aplica el 4% cuando el soporte del libro es papel y el 21% cuando es digital.
Algunos países consideran que esto es absurdo, sobre todo porque si se pone un precio muy alto a las descargas legales, tal vez se esté alentando la piratería: hay más tentación de defraudar cuando un impuesto es percibido como abusivo.
Francia se había rebelado contra lo que se ha dado en llamar «discriminación del libro electrónico» y aplicaba el 5,5% de IVA tanto a sus libros digitales como en papel. También Luxemburgo había ido a la equiparación y estaba tan solo en el 3% de IVA para ambos soportes. Alemania había prometido a finales de 2014 que iba a igualar ambos gravámenes. Pero, de repente, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dijo que nanay amparándose en un curioso criterio: que el libro en formato electrónico es un servicio y no un bien, puesto que no hay soporte físico, y que, por tanto, no puede tener un IVA reducido. Es decir, los bienes no pueden ser inmateriales, intangibles…
Una petición conjunta
Según el Tribunal, Francia debe subir el IVA de los libros electrónicos al 20% y Luxemburgo al 17%, que son sus tipos impositivos generales. Esto ha llevado a los ministros de cultura de cuatro países, Francia, Alemania, Polonia e Italia (solo cuatro) a hacer una declaración conjunta: «La naturaleza del libro tiene que ver con la obra que contiene y no con la manera de acceder a él, por lo que la fiscalidad aplicable deber respetar un principio de neutralidad tecnológica». Parece lógico pensar que si se trata del mismo producto con «envoltorios» distintos no hay por qué variar el tipo impositivo.
A menudo se echa la culpa de los bajos índices de lectura al precio de los libros, aunque hay muchas maneras de leer cuando se quiere: bibliotecas públicas, librerías de viejo, bookcrossing, préstamo de amigos… Bajar el IVA de los libros electrónicos parece una cuestión de justicia y sentido común, pero mi pregunta es: ¿creéis que eso hará que se lea más?
Enrique Espejo Aguila
Leer siempre dependerá del lector, por más perogrullezco que suene.
Acercarle los libros, recomendarle; en base a sus gustos, platicar de él, hacer eventos promoviéndolo, bajar su costo, tenerlo accesible de diferentes modos, son solo algunas de las diferentes formas de incentivar la lectura. Sin embargo, siempre dependerá de la persona el comenzar a leer la primera página, de otros factores el llegar a la última y atreverse con otro más.
Todo tipo de intentos, así sea bajar los impuestos, no hacen más que apostar a que eso se lleve acabo, luchar por ello nunca será en vano.
El problema es que estamos ante un nuevo mundo, un mundo tecnológico que nació sin reglas, sin manual y con muchas controversias pues, se adapta a cada cual de manera distinta. Conseguir patrones o estándares, para esto como para todo en la vida, siempre será un problema. Aun así, considero que esta es una causa digna de lucharse hasta el fin.
¿Hará leer más? No lo sé, pero espero que sí.
Estrella Flores-Carretero
Tienes toda la razón. Muchas gracias por comentar y compartir. Un cordial saludo.