Adictos a las compras
El afán por comprar de forma descontrolada, incluso cosas que no necesitamos, no es exclusivo de estas fechas, pero sí puede que se agudice en época de rebajas.
Todos nos sentimos tristes, frustrados o ansiosos algunas veces. Es normal. Como normal es recurrir a hacer algo que nos resulta agradable para olvidar un disgusto, dejar de dar vueltas a las cosas y encontrarnos un poco mejor. Unas veces salimos de copas o quedamos para cenar con amigos; otras, nos vamos al cine, a la peluquería o de compras. Parece que después de darnos una satisfacción el asunto queda, si no olvidado, sí visto con más distancia, lo que nos permite buscar vías de solución para superar los conflictos, que es de lo que se trata.
En Navidades, Reyes y época de rebajas, el consumismo se dispara, la publicidad nos acosa y las oportunidades para comprar están al alcance de la mano. Incluso hay ofertas tan tentadoras que resulta muy difícil resistirse, necesitemos o no lo que nos venden. Un día de compras es una actividad lúdica, gratificante para nosotros, para la gente a la que queremos obsequiar y, por supuesto, para los vendedores.
Comprar está bien, pero en su justa medida
Cuando nos encontramos mal, comprar puede darnos una satisfacción inmediata, igual que tomarnos un bombón si estamos a dieta. Pero no podemos engañarnos: eso no resolverá nuestros problemas. Además, utilizar las compras como vía de escape para enmascarar un conflicto puede volverse una adicción.
Toda adicción conlleva unas características a las que conviene estar atentos. Si compras aunque no quieras, deberías preguntarte:
- Cuando te encuentras mal, ¿sientes que ir de compras aliviará tus problemas?
- ¿Compras a menudo cosas que no necesitas?
- ¿Has notado si cada vez compras con más frecuencia?
- ¿No puedes frenar tu deseo de ir de compras?
- ¿Eres incapaz de dejar de comprar aunque sepas que vas a arrepentirte después?
- ¿Tu familia y amigos te dicen que compras demasiado?
- ¿Ocultas los precios y no te atreves a decir a nadie lo que te gastas en compras?
- ¿Tu mayor diversión es pasar el día en un centro comercial?
- ¿Te sorprendes al ver los movimientos de tu tarjeta de crédito?
- ¿Estás mal de dinero por culpa de las compras?
Comprar puede ser una terrible adicción, igual que el juego, las drogas o la dependencia emocional. Una vía de escape de vez en cuando viene bien, pero si has respondido que sí a las preguntas anteriores, deberías consultar con un psicólogo. Es probable que las compras estén enmascarando una carencia de otro tipo, tal vez una depresión o una baja autoestima. El trastorno de compra compulsiva (TCC), también llamado oniomanía, tiene cura, y mejor antes que después. Las compras te darán satisfacción momentánea y frustración duradera; una terapia te enseñará a ser feliz.