Clubes de lectura, un buen estímulo para leer más
Hace unas semana tuve una videocharla con un club de lectoras que se hacen llamar Bibliobellas. Se trata de un grupo de mujeres amantes de la lectura que se reúnen, proponen un libro, lo leen y después comentan lo leído. Así de sencillo y así de enriquecedor.
Estas mujeres, a las que ya considero mis amigas, se pusieron en contacto conmigo para pedirme que participara en un librofórum sobre Duele la noche, mi última novela. Para mí fue un honor. Sobre todo, porque los lectores descubren cosas de las historias que escribo que estaban dentro de mí y que otros no ven (a veces ni yo misma). Y esto es un poco lo que ocurrió con ellas.
Estas lectoras, de origen venezolano, residen en Miami. He tenido la ocasión de conocerlas solo virtualmente y de charlar online durante largo rato. Además de leer la novela, y comentarla a través de Skype, se disfrazaron de los personajes. ¡Son muy divertidas! No voy a entrar a comentar los halagos que hicieron de mi novela porque me causó sonrojo su alta calificación, pero sí quiero valorar lo que hacen, porque sus reflexiones, filosofía y lectura de los libros, las hacen mujeres especiales. Ellas me enriquecieron mucho y tenemos un almuerzo pendiente en mi próximo viaje a Miami. ¡Gracias, amigas!
Todo son ventajas
Un club de lectura es una actividad sumamente interesante. Por un lado, respeta la lectura como acto íntimo, individual, de concentración; por otro, los participantes pueden, a posteriori, compartir su experiencia lectora con los demás. Esto es sumamente positivo, porque la visión de cada uno es siempre diferente. No importa si el grupo es homogéneo, si se trata de amigos de toda la vida, de colegas de profesión o de familiares próximos: opinarán de forma muy distinta. Por suerte: siempre digo que cuando todo el mundo piensa igual, es que nadie piensa.
La lectura está conectada con las emociones, vivencias y experiencias de cada uno. Por eso lo que a unos emociona a otros los deja indiferentes. Y por eso también surgen situaciones en las que el grupo de lectores aporta voces discrepantes, inventa otro final, recrea nuevas situaciones, encuentra mejores soluciones…
Está claro que todo depende del momento en el que una persona lea el libro para darle ese instante a la interpretación en función de su percepción de la realidad que nos preocupa. Sí, mezclamos la realidad con la emoción, o lo que al menos creemos que es la realidad. Porque nuestro estado justifica en la mayoría de las ocasiones lo que nuestro corazón está sintiendo con la lectura de esa novela.
Para mí, no hay nada tan enriquecedor como la lectura de una buena novela (aunque solo sea buena para mí), tan enriquecedor como un club de lectura. Por eso felicito a todas las Bibliobellas del mundo.
