Escribir tus memorias puede ser una gran idea
Mucha gente aprovecha su jubilación o un periodo tranquilo en la vida para escribir sus memorias. Me parece una buena idea.
No se trata de mirar atrás con nostalgia, ni mucho menos. A cualquier edad, escribir sobre el propio pasado es un ejercicio de análisis que nos ayuda a afrontar el futuro sacando partido de la experiencia, la reflexión y el análisis.
Documentar los episodios de nuestra historia, poner en orden los sentimientos, recordar los buenos tiempos pasados sin olvidar los malos momentos constituye un magnífico entrenamiento para la memoria, pero es mucho más.
Cuando pensamos en lo que fue un tramo de nuestra vida también imaginamos lo que pudo haber sido, y eso nos ayuda a evaluar diferentes vías, analizar comportamientos, identificar los pros y los contras de nuestras elecciones, y, por tanto, aprender otras formas de afrontar los retos que nos quedan por vivir.
La terapia de la escritura
Escribir nuestras memorias puede ser terapéutico porque la escritura conlleva reflexión. Desmenuzar lo vivido nos puede aportar conocimiento, y también paz. Contarnos a nosotros mismos lo que nos ha pasado es enfrentarnos a nuestros sentimientos, y eso supone el primer paso para aceptarlos.
Es verdad que también puede ocurrir todo lo contrario. Por eso creo que antes de afrontar la empresa de escribir las memorias, hay que plantearse un enfoque positivo. Puede que haya una catarsis, pero no se trata de torturarse con lo que ocurrió y no nos gusta, con lo que pudo haber sido y no fue, porque los regresos al futuro solo existen en las películas.
Escribir las memorias es también una manera de mantener nuestro cerebro en forma, porque la escritura es un ejercicio muy completo: hay que pensar en la estructura, ordenar, crear frases, pulir el estilo…
Conviene aparcar el ánimo de ser leídos o de que se publique nuestra biografía. Generalmente, nuestras vidas son normales y corrientes para los demás, y solo excepcionales para nosotros mismos, que somos los protagonistas. Quizá importe a nuestros nietos, amigos, allegados que nos sobrevivan, pero eso es lo de menos.
Escribamos por sus muchas ventajas y para disfrutarlo. Y si en vez de reflejar la realidad fielmente, nos la inventamos (al menos un poquito) mejor que mejor. Que nos salga una novela de nuestra biografía ¡es mucho más divertido!
Nancy
Todo bien, sin embargo hay que tener cuidado con las personas que mencionamos, porque puede que haya gente que no quiere aparecer en esas memorias, ya sea por una cuestión de privacidad o porque consideramos que quién escribe tiene ciertos traumas o prejuicios, por ej. sentimientos de culpa que le llevará a emitir juicios o comentarios inconvenientes sobre terceras personas.
Estrella Flores-Carretero
Tienes razón Nancy, debemos respetar y cuidar la privacidad de las personas, además de contar con su aprobación en el caso de que las mencionemos, muchas gracias por tu aporte.