¿Cómo democionar a quien fue promocionado?
En el ámbito laboral, uno de los procesos más comunes y a menudo difíciles de abordar, es la democión de un empleado que previamente ha sido promocionado a un puesto para el cual no resulta idóneo. A pesar de que este tipo de situaciones suelen generar incomodidad y preocupación tanto para la empresa como para el propio empleado, es importante reconocer que la democión puede traer consigo aspectos positivos tanto para la organización como para el individuo involucrado.
Por lo tanto, ya de entrada, hay que abordar con humildad un proceso que puede resultar doloroso para el afectado y para la empresa y hay que hacerlo con valor, ese que Aristóteles definía como «el punto intermedio entre la cobardía y la impetuosidad irreflexiva».
En un estudio realizado por la Universidad de Harvard en 2019, se encontró que el 72% de los empleados que experimentaron una democión lograron identificar áreas de desarrollo personal y profesional que antes no habían considerado, lo que les permitió enfocarse en mejorar sus habilidades y desempeño laboral.
Además, el 61% de los empleados democionados reportaron sentirse más motivados y comprometidos con su trabajo después de la experiencia, lo que sugiere que la democión puede ser un catalizador para el crecimiento personal y profesional.
Hay que resaltar desde mi punto de vista, la necesidad de ser flexible y capaz de retroceder, cambiar la dirección y probar nuevas estrategias cuando se es consciente de que el camino que está siguiendo la persona no lleva donde la empresa pretende ir.
Pero la democión hay que enfrentarla de manera positiva, porque ayuda a:
Preservar un clima laboral saludable y productivo
Cuando un individuo se encuentra en una posición para la que no está preparado o no posee las habilidades necesarias, es probable que su desempeño sea deficiente, lo que puede afectar negativamente el funcionamiento del equipo y la moral de los demás empleados.
Servir como un mecanismo para restablecer la armonía
En el entorno laboral y garantizar que las responsabilidades sean asumidas por aquellos que cuentan con la capacitación y experiencia adecuadas.
Representar una oportunidad de aprendizaje y crecimiento
Tanto para el empleado en cuestión como para la empresa en su conjunto. Al reconocer y abordar de manera proactiva la falta de idoneidad de un empleado para una determinada posición, la organización demuestra su compromiso con la excelencia y la eficiencia.
A tener la posibilidad por parte del empleado
De reflexionar sobre sus fortalezas y áreas de mejora, y de buscar un nuevo rumbo profesional que se ajuste mejor a sus habilidades y preferencias. A veces, aunque la persona no lo vea, la democión puede ser un paso necesario en el camino hacia la excelencia y el desarrollo profesional.
Prever lo imprevisto.
Una explicación clara sobre el nuevo puesto, la fase de transición, la forma en que se comunicará al resto… será esencial para la aceptación. Hay que estar preparados para situaciones emocionales adversas, tales como agresividad, desafío, renuncia o derrumbe emocional. Los líderes con un buen entrenamiento en el manejo de las emociones estarán sin duda preparados para ayudar al afectado y a la empresa.
Hay que supervisar
Un seguimiento del compromiso del afectado con su sucesor y con la empresa y asegurarse de que el equipo respeta a quien cambia de estatus. Acomodar a las personas en el mejor puesto para ellas y para la empresa es una tarea complicada, pero forma parte del trabajo de liderazgo, en el que la educación emocional resulta decisiva.
Siempre digo que “la democión no es el final del trayecto, sino algo que tienes que recorrer para encontrar de nuevo tu camino y seguir avanzando”