Cuando todos piensan igual es que nadie piensa
A menudo se tiende a pensar que adaptar la opinión individual a la del grupo es beneficioso para el funcionamiento de una empresa, sin embargo, esta práctica tiene efectos contraproducentes. Aquellas personas que evitan expresar sus desacuerdos y buscan conformarse con la mayoría terminan por reprimir su pensamiento crítico, lo que resulta perjudicial para las organizaciones.
En este sentido, numerosos estudios en psicología y sociología ilustran cómo el anhelo de pertenencia a un grupo puede condicionar al individuo, llevándolo a percibir una realidad distorsionada y a actuar en contradicción con sus propias convicciones.
Un ejemplo emblemático es la paradoja de Abilene, narrada por Jerry B. Harvey, destacado profesor y psicólogo estadounidense especializado en comportamiento organizacional. En esta anécdota, una familia decide emprender un viaje a Abilene con entusiasmo, a pesar de que ninguno de sus miembros deseaba realmente realizarlo. La elección se basó en la suposición de que complacería al resto, evidenciando cómo la presión del grupo puede influir en las decisiones individuales.
A pesar de que la cohesión grupal sea un aspecto altamente valorado en cualquier entorno laboral, es crucial reconocer que esta dinámica puede conducir a la adopción de decisiones subóptimas, simplemente con el propósito de ajustarse a la mayoría, ya sea a amigos, colegas de trabajo u otros individuos con los que se comparte una conexión.
En este proceso para evitar el conflicto, se corre el riesgo de limitar la diversidad de perspectivas, esencial para fomentar la objetividad, la creatividad, la innovación y el pensamiento crítico en una organización.
La diversidad en los equipos laborales
Es un factor determinante para evitar el pensamiento grupal. Según un estudio llevado a cabo por la consultora Deloitte, los empleados que perciben un compromiso genuino de su empresa con la diversidad y la inclusión pueden llegar a ser hasta un 35 % más innovadores.
Esta investigación resalta la importancia de contar con equipos diversos en términos de edades, orientaciones sexuales, culturas, etnias y formaciones, ya que esto favorece la generación de ideas frescas y la toma de decisiones más acertadas.
Asimismo, otro informe de Cloverpop, una plataforma especializada en decisiones empresariales se revela que los grupos diversos logran acertar en sus soluciones un 60 % más que los grupos homogéneos, además de mostrar una mayor predisposición hacia la colaboración en el trabajo en equipo.
En la búsqueda por evitar el fenómeno del pensamiento grupal, las empresas deben diseñar una estrategia clara y explícita que fomente la participación equitativa de todos los miembros del equipo, pero es fundamental que se promueva un ambiente donde se escuchen y se tomen en consideración las opiniones divergentes, por ello, además de las reuniones grupales, resulta beneficioso organizar encuentros más íntimos o incluso individuales para los empleados que puedan sentir reticencia a expresarse en público.
Se deben alentar las críticas constructivas, fomentar el cuestionamiento y solicitar perspectivas alternativas. En este sentido, los líderes desempeñan un papel crucial al escuchar activamente y reservar sus opiniones para el final, permitiendo así que todos los puntos de vista sean valorados.
La capacitación continua
Juega un rol significativo en el fomento de un ambiente propicio para la diversidad de ideas. En muchas ocasiones, la reticencia a expresar opiniones contrarias o la tendencia a seguir la corriente se deben a inseguridades relacionadas con el conocimiento y las habilidades personales.
Las personas que cuentan con una sólida formación poseen mayores recursos para explorar nuevas perspectivas, abordar los problemas desde diferentes ángulos y anticipar posibles dificultades. La inversión en la capacitación no solo enriquece el bagaje de conocimientos del equipo, sino que también promueve un pensamiento crítico pero constructivo, enriqueciendo así el proceso de toma de decisiones.
En última instancia, es esencial recordar que el método de trabajo más efectivo es aquel que cuestiona constantemente las normas establecidas en pro del beneficio de la empresa. Como digo muchas veces, «las empresas están formadas por personas, y estas deben perseguir un fin último: alinear las motivaciones de todos». Un ambiente inclusivo, proclive al debate potencia la creatividad, la innovación y el rendimiento colectivo en beneficio de su crecimiento y desarrollo sostenible.