A menudo, las empresas se enfrentan a la decisión de buscar talento fuera de su organización cuando, en realidad, podrían estar pasando por alto valiosos recursos dentro de sus propias filas. Considerar a los empleados internos como primera opción puede ser beneficioso tanto para la empresa como para los propios trabajadores.

Es cierto que en ocasiones las empresas evitan esta opción por temor a generar conflictos internos. Existe la preocupación de que promover a un empleado interno pueda ocasionar envidias o tensiones entre los compañeros, o que el cambio de roles sea malinterpretado como una injusticia. No obstante, con una adecuada gestión emocional y una comunicación clara, estos problemas pueden ser mitigados.

Los líderes empresariales deben tener en cuenta que su responsabilidad es identificar y desarrollar el talento interno para el beneficio de la organización en su conjunto. Como menciona Warren Bennis, un reconocido experto en liderazgo, «el liderazgo es el arte de convertir la incertidumbre en confianza, la adversidad en oportunidad y el desafío en éxito».

En mi opinión, la promoción interna debería ser considerada como una estrategia prioritaria por varias razones fundamentales:

La retención del talento

El fenómeno conocido como «burnt out«, caracterizado por la desmotivación y la baja productividad derivadas de la monotonía en el trabajo, puede ser contrarrestado al ofrecer a las personas oportunidades de crecimiento y desarrollo dentro de la empresa.

Como afirma R. Moss Kanter, una destacada profesora de Harvard Business School, «las empresas que invierten en el desarrollo de sus empleados están invirtiendo en el éxito a largo plazo de la organización».

Fomenta la motivación y el compromiso de los empleados

Cuando los trabajadores perciben que tienen la posibilidad de avanzar en su carrera y asumir nuevos desafíos, se sienten más comprometidos con su trabajo y se esfuerzan por alcanzar sus metas profesionales, porque al final como decía Daniel Pink, “la autonomía, la maestría y el propósito son elementos clave para impulsar la motivación intrínseca en el trabajo”.

La confianza y la gratitud

Estos son elementos que la empresa deposita en sus empleados que fortalece el compromiso de estos hacia la organización de igual manera. Al sentirse valorados y reconocidos por sus capacidades, los trabajadores desarrollan un sentido de lealtad y gratitud hacia la empresa.

Como menciona el libro «Start With Why«, cuando las personas encuentran un propósito y un sentido de pertenencia en su trabajo, están más dispuestas a comprometerse y a dar lo mejor de sí mismas.

Es una opción inteligente y eficiente

Contrariamente a la creencia popular de que empezar de cero es la mejor opción, la promoción interna ofrece ventajas significativas en términos de tiempo y recursos. Los empleados que son ascendidos o transferidos a nuevos puestos dentro de la organización ya cuentan con un conocimiento profundo de los procesos y la cultura empresarial.

Si bien necesitarán capacitación para sus nuevas responsabilidades, su familiaridad con el entorno laboral les permite adaptarse rápidamente y contribuir de manera efectiva desde el primer día. Como menciona Peter Senge, autor de «La quinta disciplina»; «la empresa inteligente aprende continuamente, y el desarrollo interno es una parte integral de este proceso de aprendizaje».

Las organizaciones cuando fortalecen su capital humano alcanzan mayores niveles de rendimiento y satisfacción en el trabajo. Tanto empresas como empleados prosperan y crecen juntos hacía el éxito compartido, es decir, siembran lo que desde mi punto de vista serían “las semillas del éxito sostenible a largo plazo”.

• liderazgo empresarial