ESTRELLA FLORES-CARRETERO
MADRID

Soy psicóloga, profesora, empresaria y escritora, aunque no necesariamente por ese orden. Tengo tres novelas publicadas: «Duele la noche», «Piel de agua» y «Días de sal».

Duele la noche
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El blog de Estrella

El vacío al terminar un libro

Por el 19/10/2017

Leer es establecer una relación con el libro, por eso cuando terminamos una historia sentimos un vacío. ¿A vosotros os pasa?

VACIO AL TERMINAR LIBRO

Una persona me comentaba hace poco que había leído Duele la noche, mi última novela, con un sentimiento ambivalente: quería saber qué iba a pasar, tenía ansiedad por llegar al final y la leía a toda prisa para enterarse de qué ocurriría con la atribulada vida de la protagonista, Martina; pero, conforme se acercaba a las últimas páginas, se resistía a separarse de ella. La entiendo perfectamente.

Cuando leemos una novela establecemos una relación con la historia. A veces nos emociona hasta el punto de participar del dolor y de la alegría, de la injusticia y de la esperanza que sienten personas que, curiosamente, ni siquiera existen. Llegamos a compadecer (en el sentido etimológico de la palabra: padecer con el otro) a los personajes hasta el punto de afligirnos con su desgracia e ilusionarnos con su felicidad; nos indignamos por la injusticia con la que los tratan los demás y vivimos a su lado la batalla por la vida.

La historia personal de cada lector, de cada uno de nosotros, marca la diferencia en la relación que establecemos con la novela y con los personajes, en la forma íntima en que nos afecta. Pasamos horas sintiendo lo mismo que siente un hombre que ama, una niña triste, una mujer herida, un niño maltratado, una joven dichosa, un muchacho contrariado… Nos identificamos con cada uno de ellos, sabemos por lo que están pasando, reconocemos sus sensaciones, imaginamos soluciones, nos anticipamos a lo que puede ocurrirles.

La relación con los personajes de una novela es intensa, aunque sepamos que, conforme adelgaza el número de hojas que nos quedan por leer, se acabará: dejaremos de saber de ellos al doblar a la última página.

Algo que te llena y ya no está

Todos hemos sentido esa sensación extraña que comentaba mi lectora: quieres acabar el libro, pero cuando lo terminas, te sientes triste, te queda el vacío de saber que el personaje que te ha hecho vivir tantas cosas a su lado, que ha removido tus sentimientos, ya no estará más contigo.

Es la magia de la novela. Cada una te cambia un poco, te enseña algo nuevo, te provoca sentimientos, te ayuda a imaginar…  Por eso genera ese pequeño vacío con su final.

Por suerte, hay un remedio fácil para superar la pena: empezar otra novela.

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