¿Haces o prefieres quejarte?
Confucio decía: «No te quejes de la oscuridad, enciende una vela.» Y desde mi perspectiva hay que ser eficiente en la gestión del descontento en lugar de quejarse permanentemente.
En el mundo empresarial es común encontrar directores o líderes que se quejan constantemente de diversas situaciones problemáticas con las personas o dificultades en la empresa. Estas quejas pueden variar desde la falta de recursos, a la falta de compromiso del personal o incluso problemas externos. Sin embargo, lo preocupante de estas situaciones es cuando estos directores no toman medidas concretas y efectivas para solucionar los problemas que tanto les incomodan.
Esta actitud, más allá de ser contraproducente, puede generar un ambiente tóxico y afectar negativamente el desempeño y la moral de los empleados. La queja constante pero sin acción por parte de un director o un líder ejecutivo puede tener diversas causas y manifestaciones.
Algunos directivos pueden utilizarla como una forma de desahogo, donde se quejan de manera recurrente en búsqueda de apoyo o atención de otros, o como una forma de justificar su propia inacción o falta de liderazgo, trasladando la responsabilidad a factores externos o personas de su alrededor.
En todos los casos, esta actitud puede ser exasperante y desmotivadora para aquellos que buscan soluciones y un ambiente de trabajo activo y productivo. La actitud de estos líderes ejecutivos que se quejan permanentemente sin tomar medidas eficaces puede tener un impacto negativo en múltiples niveles dentro de la organización:
En la moral del equipo
Los empleados pueden sentirse desmotivados al ver que sus esfuerzos no son reconocidos y que las dificultades no son abordadas de manera efectiva.
En la cultura de la victimización
Este tipo de comportamiento fomenta una cultura donde los problemas se atribuyen a factores externos, se evita asumir responsabilidades y buscar soluciones.
En el estancamiento y falta de progreso
La queja sin acción perpetúa la inercia y limita la capacidad de la empresa para avanzar y superar obstáculos. Se desperdicia el potencial para la innovación y la mejora continua.
Cómo abordar la situación si estás ante un director o líder en esta circunstancia:
Mantener una comunicación abierta
Buscar la manera de conversar con él para expresar las inquietudes y compartir las ideas sobre cómo abordar esos problemas. Fomentar la comunicación constructiva, invitándole a considerar diferentes perspectivas y soluciones.
Hacer propuestas concretas
Ayudar a cambiar el enfoque de la queja permanente hacia la acción y la resolución de los desafíos.
Fomentar el liderazgo
Animarle a asumir un papel de liderazgo activo, promoviendo la toma de decisiones y la implementación de acciones. Ayúdele a reconocer su potencial impacto en la empresa y en el equipo.
Buscar apoyo externo
En casos más extremos, cuando la situación persiste y afecta gravemente el ambiente laboral y el desempeño del equipo, puede ser necesario buscar apoyos de superiores o recursos humanos para abordar el problema. M. Anyelou decía que «Si no te gusta algo, cámbialo. Si no puedes cambiarlo, cambia tu actitud.»
Hay que buscar siempre otras perspectivas de las cosas y ser proactivo, porque la proactividad lleva a encontrar soluciones a cualquier situación que se presente y resolverla ejecutando.