Decía Francis Bacon que “la amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad». Por esto es muy importante que los líderes sepan elegir sus amistades, entre otras razones porque las personas de las que se rodean pueden influir en sus decisiones y comportamientos.

Nuestros padres tenían algo de razón cuando decían aquello de «no me gustan esas amistades». Es verdad que un adulto no es tan influenciable como un niño o un adolescente, pero en cierta medida nuestros amigos ejercen una influencia sobre nosotros: acabamos pareciéndonos a quienes más estrechamente nos rodean.

Los grandes líderes lo saben. Una parte de las amistades son fruto del azar. Las amistades pueden brindar apoyo, orientación y perspectivas útiles, pero también pueden tener un impacto negativo si no comparten los valores o la ética del líder.

Al elegir cuidadosamente a sus amistades, los líderes pueden asegurarse de rodearse de personas que los inspiren, los desafíen de manera positiva y los ayuden a crecer.

Las relaciones de amistad son fundamentales para el equilibrio personal por varias razones. En primer lugar, porque brindan apoyo emocional y social, lo que nos ayuda a lidiar con el estrés y con las dificultades de la vida cotidiana. Además, las relaciones permiten sentirnos valorados, comprendidos y aceptados, lo que contribuye a una buena autoestima y bienestar emocional.

El aprendizaje de la comunicación de manera efectiva, del desarrollo de habilidades de resolución de conflictos y de colaboración con otros, es fundamental para alcanzar metas comunes. Y es el apoyo, parte de nuestra formación en la inteligencia emocional, nos hace crecer como personas, nos permiten experimentar el amor, el compañerismo y la conexión con el mundo que nos rodea.

Un líder emocionalmente inteligente es capaz de comprender y manejar sus propias emociones, así como las de los demás, permitiendo crear un ambiente de trabajo positivo, fomentando la motivación, el compromiso de su equipo, y manejar los conflictos de manera más efectiva.

«Un líder es alguien que sabe el camino, lo recorre y después guía a otros por él.» Diría John C. Maxwell, y «un verdadero amigo es aquel que está contigo cuando preferiría estar en otro lugar», dijo Len Wein.

Estas son algunas sugerencias para formar un líder amigo:

Escuchar de manera activa

Ser un líder amigo implica atender a los demás de manera activa, prestando atención a las necesidades, a las preocupaciones y a las opiniones.

Ser empático

Ponerse en el lugar de los demás ayudará a comprender sus perspectivas y sus emociones. Esto es esencial y dará lugar a crear relaciones significativas y sólidas.

Comunicar de manera abierta

Hay que fomentar un ambiente donde la comunicación sea honesta y transparente. Animar al equipo a expresar sus ideas y sus sentimientos sin temor a juicios.

Apoyar y colaborar como líder amigo

Estar dispuesto a apoyar a su equipo en sus desafíos y metas. Fomentará la colaboración y el trabajo en equipo para lograr objetivos comunes. «Un verdadero líder no solo busca subir, sino que ayuda a los demás a alcanzar la cima.» decía F.M. B. Montgomery

Reconocer y celebrar

Hay que apreciar y alegrarse de los logros y esfuerzos de su equipo. Festejar los éxitos juntos y demostrar su aprecio por el trabajo de los demás.

Ser Honesto y autentico en las acciones y palabras

Los líderes amigos son genuinos y transparentes en su trato con los demás. La inteligencia emocional es una herramienta fundamental en los líderes amigos. Las empresas actuales deben trabajarlo, porque hoy más que nunca repercute en la tomar decisiones más acertadas y adaptada a situaciones cambiantes.

Hacerlo con mayor facilidad es fundamental para el éxito de un líder y de su organización, ya que le permitirá establecer relaciones inspirada en la confianza, desempeñando un papel crucial en la productividad y el bienestar de su equipo. En algún lugar oí que “la amistad es el ingrediente más importante en la receta de la vida», y sin ello, no hay verdadero liderazgo. Y hoy más que nunca, necesitamos lideres amigos.

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