El mentoring intergeracional en la empresa
En la actualidad, el envejecimiento de la población es una tendencia global que ha llevado a un aumento en el número de personas que alcanzan la edad de jubilación. A medida que más y más personas dejan de trabajar, surge la pregunta de cómo pueden seguir siendo útiles y productivas en la sociedad.
Una forma cada vez más popular de enfrentar este desafío es a través del mentoring a los más jóvenes que acaban de entrar en una empresa o comienzan de nuevo en una corporación que desconocen.
El mentoring de los más jóvenes por parte de las personas jubiladas es una forma valiosa de aprovechar el talento y la experiencia de los mayores para beneficiar a las generaciones futuras. Esta práctica contribuye al crecimiento y desarrollo de la sociedad en su conjunto, además de mantener activos a las personas retiradas, por lo tanto, este fomento intergeneracional es una inversión que vale la pena hacer.
En algún lugar leí que «un mentor es alguien que te guía, te desafía, te inspira y te apoya en tu desarrollo personal y profesional«, y esto es lo más importante. Ir de la mano de una persona con experiencia en la que se comparte los conocimientos, habilidades y perspectivas con alguien que está empezando en su carrera o en una nueva etapa de la vid.
Es todo ventaja. El mentoring brinda la oportunidad de seguir siendo activos y comprometidos, ayudando a mantener su mente aguda, su sentido de propósito, y de compartir su experiencia y sabiduría con la próxima generación, lo que será sin duda increíblemente gratificante para ambos.
También los jóvenes encuentran en los mentores una fuente invaluable de sabiduría, que les permiten navegar mejor por el mundo laboral y personal. Para establecer y aprovechar al máximo una relación de mentoring propongo:
Establecer expectativas claras
Desde el principio es importante definir los objetivos, las responsabilidades y las metas del programa de mentoring para ambas partes. Escribir en un documento los “compromisos” o “el contrato” a cumplir.
Fomentar una comunicación abierta
Animar a ambas partes a expresar sus pensamientos, ideas y preocupaciones de manera clara y honesta, de este modo ayudar a construir una relación de confianza.
Utilizar diferentes canales de comunicación
Adaptarse a las preferencias de comunicación de cada individuo, ya sea a través de reuniones cara a cara, llamadas telefónicas, correos electrónicos, video llamadas o mensajes de texto.
Escuchar activamente
Prestar atención a lo que el otro está diciendo, hacer preguntas clarificadoras y demostrar interés genuino en el progreso y desarrollo por parate de la persona que recibe las instrucciones del mentor.
Brindar retroalimentación constructiva
Proporcionar comentarios de manera oportuna y constructiva para ayudar al mentorizado a identificar áreas de mejora, crecimiento y de este modo alcanzar los objetivos establecidos.
Ser paciente y comprensivo con las diferencias generacionales
Esto significa tener la capacidad de entender y respetar las distintas perspectivas, valores, creencias y comportamientos que pueden surgir entre personas de diferentes edades. Ello implica estar dispuesto a escuchar y aprender de las experiencias y de los puntos de vista de generaciones anteriores o posteriores a la nuestra, en lugar de juzgar o criticar.
Hay que recordar que cada generación tiene sus propias experiencias y desafíos únicos que han contribuido a moldear su manera de ver el mundo, por ello hay que estar abierto a los cambios, respetando las distintas formas de vivir.
Ser comprensivo implica mostrar empatía y tolerancia hacia las diferencias generacionales, evitando los prejuicios y estereotipos basados en la edad. Y además, como decía Oprah Winfrey «un mentor es alguien que te permite ver la esperanza dentro de ti».