ESTRELLA FLORES-CARRETERO
MADRID

Soy psicóloga, profesora, empresaria y escritora, aunque no necesariamente por ese orden. Tengo tres novelas publicadas: «Duele la noche», «Piel de agua» y «Días de sal».

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El blog de Estrella

La resiliencia humana ante los desastres naturales

By on 04/11/2024

La naturaleza es una fuerza poderosa y a menudo impredecible. A lo largo de la historia, la humanidad ha sido testigo de su capacidad para crear maravillas, pero también de su potencial destructivo. Terremotos, huracanes, inundaciones y sequías son solo algunas de las acciones que devastan comunidades, causan pérdidas irreparables sembrando el dolor y el miedo en el corazón de las personas que lo padecen.

Sin embargo, en medio de la adversidad la resiliencia humana brilla con fuerza, demostrando que, aunque la naturaleza puede destruir hasta lo que más amamos también nos enseña a tener que levantarnos y seguir adelante, aunque dejando cicatrices profundas en el tejido social y psicológico que cuesta tiempo superar.

Y es que la destrucción tiene consecuencias emocionales tan fuertes que perdura en la memoria de la gente durante años. En este contexto, la desesperanza puede parecer una respuesta natural ante el sufrimiento. Sin embargo, la historia demuestra que la humanidad tiene una asombrosa capacidad para adaptarse y reconstruirse.

La recuperación es un proceso largo y arduo, pero es también un testimonio de la fortaleza del espíritu humano donde la comunidad juega un papel fundamental en este proceso: el apoyo mutuo se convierte en la base sobre la que se edifica la esperanza.

Las iniciativas de ayuda comunitaria y la solidaridad son ejemplos de cómo las personas se unen para reconstruir. Este sentido de unidad no solo facilita la recuperación material, sino que también fortalece los lazos sociales, creando una red de apoyo que es esencial para sanar las heridas emocionales y psicológicas. Decía Charles R. Swindoll que “la vida es 10% lo que te sucede y 90% cómo reaccionas ante ello”, y creo que así es.

Cada vez que nos enfrentamos a un desafío, tenemos la oportunidad de fortalecer nuestro carácter. La naturaleza puede ser implacable pero nuestra respuesta puede ser aún más poderosa.

La historia de la humanidad está llena de ejemplos de superación ante la adversidad, como el huracán de Nueva Orleans donde los residentes y el gobierno se unieron para trabajar no sólo las infraestructuras sino también el tejido social implementando programas de revitalización y fortalecimiento de políticas de prevención de desastres que ha dado lugar a la renovación de identidad y comunidad.

El terremoto de Haití que a pesar de sus dificultades los haitianos comenzaron a reconstruir sus vidas y comunidades haciendo proyectos de desarrollo sostenible en vivienda y educación, permitiendo que muchos recuperaran la esperanza y avanzaran hacia el futuro.

El tsunami de Japón en el que el gobierno y las comunidades se unieron para la reconstrucción de hogares y negocios emergiendo personas y áreas más fuertes y mejor preparadas. El terremoto de Nueva Zelanda o el Huracán en Nueva York las claves para la superación también fue la colaboración de las personas, las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.

En España vivimos estos momentos afectados por este fenómeno meteorológico llamado DANA que ha causado el desastre, la desesperación y la impotencia de la gente que lo ha perdido todo. Pero estoy segura de la fuerza de las personas y la solidaridad para la reconstrucción de las ciudades arrasadas, renacerán comunidades más fuertes, porque la capacidad de levantarse y seguir trabajando es un atributo inherente al ser humano.

Y es entonces cuando la resiliencia se manifiesta puesto que las lecciones aprendidas tras un desastre son fundamentales para construir un futuro más seguro. Las desgracias causadas por la naturaleza son una realidad ineludible pero no son el final de la historia.

A través de la resiliencia, la solidaridad y el aprendizaje podemos enfrentar los desafíos que se nos presentan y encontrar la fuerza para levantarnos. La naturaleza puede derribar, pero también nos invita a reconstruir, a reinventarnos con esa semilla de esperanza que florece en la determinación humana recordándonos que, incluso en los momentos más oscuros, la luz de la resiliencia siempre brilla, porque “parece imposible hasta que se hace” (N. Mandela).

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