Las librerías se reinventan
Compramos pocos libros y leemos menos, por eso el sector librero se reinventa cada día. Hay que resistir.
Los españoles leemos poco y compramos una insignificante cantidad de libros: el 50% no ha adquirido ni uno el año pasado. Además, según el Observatorio de la Lectura y el Libro, tenemos el mayor número de librerías de toda la Unión Europea y, después de Chipre, somos el país con más cantidad de librerías por habitante.
Estos datos, la competencia de las grandes superficies en la venta de libros y la aparición del libro electrónico hacen que los libreros de toda la vida atraviesen momentos (mejor dicho, lustros) de gran dificultad. Por eso quienes pueden intentan conjugar la profesión de librero con otros negocios.
Librerías y algo más
Restaurantes, cafés, esquinas para gourmets, vinotecas… son algunas de las actividades añadidas al negocio (por llamarlo de alguna manera) de vender libros. Y si algo nos gusta a los españoles más que ir a los bares, es ir a los bares con terraza, así que también proliferan las librerías con terracita añadida.
Al margen de la hostelería, hay librerías especializadas que ofrecen lo propio de su sector: si es de guías de viajes, comercializan ropa y material de aventura, por ejemplo. Otra iniciativa fabulosa es atraer compradores con actividades culturales: proyectar documentales, organizar talleres de escritura, planificar rutas temáticas sobre algún libro, crear clubes de lectura, presentaciones…
Cualquier iniciativa para vender libros me parece genial, y también para apoyar este sector donde habitan magníficos profesionales y libreros vocacionales. Por cierto, según datos del CIS solo el 1,4% de los compradores de libros sigue la recomendación de su librero; yo estoy en ese pequeño porcentaje. Animaos a pedir consejo al vuestro. Seguro que os sorprende.