Leer es más que un «entretenimiento»
Se acaba de presentar el Informe sobre la evolución del libro electrónico en América Latina y España. Os aconsejo que os lo descarguéis (es gratis) para ver las curiosas tendencias en el sector.
Aunque uno no trabaje en el ámbito editorial, resulta interesante ver por dónde camina este mundo, los autores y los lectores. Creo que en esta situación convulsa, de crisis mundial y de revolución del formato de lectura, conviene observar las tendencias digitales en Latinoamérica y España.
Me interesa este estudio y me explica muchas cosas, entre otras, algunas de índole personal. Por ejemplo, por qué mi novelas se venden más en Latinoamérica que en España.
Los datos más relevantes
Por supuesto, en América Latina existen grandes diferencias entre países con hábitos lectores muy consolidados, como son Argentina, México, Colombia y Brasil (que acumulan el 80 % de los títulos publicados), y otros con bajísimos índices de lectura, como ocurre en Centroamérica. Pero en cifras globales los libros en formato electrónico han pasado de representar el 7 % al 20 %. Esto es, se ha triplicado su edición, aunque sin lograr que se lea más, porque como tantas veces se ha dicho, sin verdaderas políticas de Estado poco se puede hacer.
Un dato llamativo es que los libros más vendidos en México son los religiosos y de autoayuda, mientras que en España apenas interesan estos temas y preferimos los géneros románticos y de novela histórica.
Llama la atención que los ebooks españoles se vendan el 37 % en América Latina, y en cambio nosotros solo compremos el 8 % de su producción digital.
Me gusta que empiece a haber diversificación en la compra de ebooks. Mi última novela, Duele la noche, se vende en Amazon, que es una de las grandes de la venta online, pero también está en formato digital en El Corte Inglés y Casa del Libro. El precio influye, y mucho, en las ventas.
Pero en este estudio hay algo que me ha llamado poderosamente la atención: mientras que la mayoría de los encuestados en España afirman que la finalidad al comprar un libro es el entretenimiento (84 %), en países como México o Chile invocan, en primer lugar, la mejora de su nivel cultural. Podemos considerar que ambos objetivos son válidos, pero cuando empecemos a primar la importancia del segundo sobre el primero el mundo será mucho mejor.
