Para escribir hay que leer
Generalmente los escritores son los que más leen. Y así debe ser: a escribir solo se puede aprender leyendo.
No todo el mundo que lee acaba escribiendo, pero los escritores surgen de entre los lectores empedernidos, estoy segura. Supongo que alguien poco o nada interesado en la lectura también podría llegar a ser escritor, pero me parece muy difícil.
Los seres humanos aprendemos por imitación: los bebés escuchan a sus padres hablar y llegan así a articular sus primeras palabras hasta lograr dominar el lenguaje. Por eso creo que para escribir es necesario leer, aprender de quienes saben estructurar sus ideas con el fin de construir una novela. Es en las lecturas de los otros, cuando se siente la fascinación por algo tan mágico como es un libro, que provoca tantas sensaciones y despierta la imaginación y el deseo.
De mayor quiero ser escritora
Muchos escritores dicen que su vocación arrancó en la infancia, mientras leían Las aventuras de Tom Sawyer o La isla del tesoro o Viaje al centro de la Tierra o… Yo lo sentí así, desde niña, cuando me dejaba atrapar por la lectura. Y desde entonces nunca he dejado de leer.
En mi opinión, uno no puede pretender ser escritor sin conocer qué publican sus colegas, qué se ha escrito antes de que naciéramos, por qué hay autores que gustan a todo el mundo, quién influye en la literatura de nuestro escritor favorito, a quién nos gustaría parecernos como escritores y qué emociones desearíamos provocar en quienes se acercan a nuestras novelas…
Leer lleva mucho tiempo, pero forma parte del entrenamiento diario de un escritor. Una novela no es inspiración, sino trabajo y trabajo. Y buena parte de esa tarea de cada día es dedicar un rato diario a la lectura.
Por supuesto que no todos los lectores tienen la capacidad de escribir. Es posible leer mucho y no escribir nada, pero no lo contrario: escribir y no leer resulta impensable. Por eso yo leo todo lo que puedo.