ESTRELLA FLORES-CARRETERO
MADRID

Soy psicóloga, profesora, empresaria y escritora, aunque no necesariamente por ese orden. Tengo tres novelas publicadas: «Duele la noche», «Piel de agua» y «Días de sal».

Duele la noche
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La nueva novela de Estrella Flores-Carretero

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El blog de Estrella

Sentirte parte de tu organización es ser feliz con tu trabajo

Por el 02/11/2022

Gallup, la empresa estadounidense de análisis, revela que la implicación de los trabajadores es, en el mejor de los casos, del 20 %. Esto es, el 80 % de los empleados de todo el mundo no se sienten comprometidos con su empresa, se limitan a cumplir con su horario y punto, cuando no a buscar otro empleo.

El compromiso de los empleados no es otra cosa que su participación con entusiasmo y motivación en el enfoque de la empresa. La importancia de su compromiso es crucial, porque ellos pueden tomar las decisiones acertadas cada día y lograr mejores resultados. De hecho, la encuesta citada afirma que las empresas con trabajadores comprometidos tienen un 17 % más de productividad y un 21 % más de rentabilidad que las organizaciones cuyos empleados no se sienten comprometidos.

Cuando los trabajadores están desconectados, los problemas aumentan, se eleva el absentismo, disminuye la seguridad en los procesos, se incrementan los tiempos de entrega, se multiplican los defectos de calidad, existe una mayor rotación de personal y se deterioran las relaciones con el cliente. Lograr el compromiso lleva su tiempo, pero se puede:

Escuchar

No se trata de hablar con los empleados, sino de escucharlos. Hay que tener conversaciones regulares con las personas sobre los métodos de trabajo, sus necesidades, las dificultades personales y laborales por las que atraviesan. Poco a poco, irán abriéndose y llegará a establecerse el verdadero clima de comunicación que conduce al compromiso.

Informar

Muchos trabajadores desconectados no saben cuál es la misión de su empresa e ignoran la utilidad y la repercusión de su propia tarea. Desconocen cuál es el propósito, por eso no pueden motivarse ni entusiasmarse, porque no saben para qué trabajan ni qué deben conseguir, qué objetivo alcanzar ni cómo se va a lograr. Hay que ser abiertos y transparentes; compartir la información.

Observar

Decía mi admirado Javier Marías que «la ausencia de entusiasmo es indisimulable y la percibe hasta el más optimista». Y puesto que se aprecia a simple vista, nunca hay que ignorarla. Es necesario averiguar qué hay detrás de un empleado desconectado: falta de autonomía, que puede paliarse con una mayor confianza e independencia en nuevos proyectos; aburrimiento, que puede tratarse con crecimiento y promoción profesional; estrés, para el que quizá sea posible ampliar la flexibilidad; problemas con la tecnología, que requerirá mayor formación y apoyo… Las personas deben poder alinear sus objetivos con los de su empresa, combinar sus planes de carrera con los de la corporación.

Dar reconocimiento

No hay nada peor que sentir que uno no cuenta, que nadie le agradece lo que hace, que es ignorado, que no resulta valorado ni valioso para la empresa. Dar reconocimiento a las personas es la mejor manera de reconectarlas.

Cuidar las emociones

La razón principal para la desconexión es la emocional. Los trabajadores sienten desánimo cuando no se los cuida emocionalmente, no tienen seguridad psicológica, no se piensa en sus condiciones, capacidades, virtudes, necesidades de crecimiento, expectativas, relaciones con el equipo… Siempre digo que las personas son la base de la empresa, las que hacen posible que exista un negocio, quienes pueden conducirlo al éxito o al fracaso, y, por tanto, es su bienestar emocional lo que hay que cuidar por encima de todo.

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