Ser mujer no debería ser más peligroso que ser hombre
El 10 de diciembre ha sido declarado por las Naciones Unidas el Día de los Derechos Humanos porque coincide con la aprobación, en 1948, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En este día especial, mi recuerdo a todos los que sufren la negación de sus derechos, en especial a las mujeres.
Naciones Unidas recuerda que los derechos humanos deben respetarse los 365 días del año, aunque establece un día para que todos tomemos conciencia del largo camino que nos queda por recorrer en la defensa de nuestros derechos frente a los abusos de los Gobiernos, frente a la indolencia de los Estados y frente al odio de nuestros iguales.
Un día también para avergonzarnos de las violaciones de los derechos humanos en México, en Venezuela, en Siria o en España. Y, por supuesto, un día para concienciarnos sobre la necesidad de tomar medidas.
El feminicidio no figura en la RAE
Pero también es un día para recordar que las mujeres sufren especialmente la violación de sus derechos en todas partes, en África, en Asia o en la supuestamente civilizada Europa, donde, por poner un ejemplo, está España, con 48 mujeres asesinadas por sus parejas en lo que va de año.
Cuando viajo a Latinoamérica, mi segundo hogar, es común hablar de femicidios o feminicidios, una palabra que la RAE no registra, pero que la Comisión Interamericana de Mujeres califica ya de «pandemia». La violencia machista acaba cada año con la vida de 66.000 mujeres en el mundo. El Salvador, Guatemala, Honduras, Colombia y Bolivia están entre los 12 países con mayor tasa de asesinatos machistas. Los Gobiernos no pueden mirar para otro lado. Deben implementar políticas adecuadas y perseguir la violencia machista. Educar en el respeto por los derechos humanos es cosa de todos, padres, profesores, periodistas, médicos… y educar para la igualdad también.