Escribir a cuatro manos
Internet no deja de sorprenderme: los proyectos de escritura colaborativa, libros en los que participan varias personas, crecen en la red.
Para mí, escribir es un acto solitario que requiere concentración, tranquilidad, intimidad. Yo soy muy disciplinada, y cuando tengo una novela entre manos (que es una detrás de otra) me dedico a ella con horario (el que puedo) y en silencio.
Por eso me maravilla que haya gente capaz de hacer de la escritura algo parecido a un evento social.
Existen escritores que se comunican y colaboran para crear un texto entre todos, incluso a veces sin conocerse entre ellos.
Imagino que no debe de ser fácil determinar que aportará cada uno, con qué periodicidad y qué pasará si no están de acuerdo. Supongo que habrá alguien encargado de supervisar que exista una uniformidad en el estilo. Y quizá, como en todos los equipos, existirá un líder, alguien que establezca las directrices que todos deberán cumplir en cuanto a objetivos y plazos.
Veo, además, que se han creado herramientas y aplicaciones para la gente que quiere escribir colectivamente, como Penflip o MeetingWords, que dejan ver en tiempo real los cambios que otros hacen o sus aportaciones. Algunas son gratuitas y permiten hasta 30 personas implicadas en un mismo proyecto. Otras páginas ofrecen funcionalidades fabulosas para un novelista, como clasificación de personajes, descripción de escenas, almacenamiento de versiones…
Un gran invento
Admirable. Si alguien se quejaba de la tecnología y de que internet nos vuelve tontos, aquí hay un ejemplo más de que ocurre todo lo contrario.
La escritura colaborativa me parece un ejercicio estupendo para aprender a trabajar en equipo, gestionar la defensa de propias ideas y aceptar las de los demás. Es democratizadora, participativa y enriquecedora. Como profesora, me parece un magnífico instrumento para la docencia y el trabajo de las habilidades sociales y creativas en los alumnos.
Es decir, tiene muchas vertientes positivas. Pero cada cosa para lo que es. ¡Yo no podría escribir mis novelas con nadie más que conmigo misma!