Vuelta al trabajo con optimismo
Decía el dramaturgo Shaw que «unas vacaciones perpetuas son una buena definición del infierno»; sin embargo, la brevedad de esos días de descanso los convierte en un anhelo tan dulce como el paraíso. A pesar de esto, en algunas personas les sume en ese temido llamado «síndrome postvacacional».
Como afirmaba el filósofo Camus, «la felicidad es un desafío», y es precisamente este desafío el que hay que afrontar con una mentalidad positiva en esos momentos. El trabajo no solo es un medio de vida; representa una valiosa oportunidad para avanzar en el desarrollo personal y contribuye de manera decisiva a construir una vida plena y satisfactoria.
Las claves para no sufrir este síndrome están en la anticipación, mis sugerencias son:
Evitar el estrés
Para evitarlo hay que organizar e ir avanzando en el trabajo durante la ausencia. Por ejemplo, para muchas personas, el correo electrónico se convierte en una fuente de ansiedad. No basta con activar el mensaje de «estaré fuera de la oficina…», antes de marcharse hay que planificar y recomendar al remitente que, se dirija a otra persona de confianza durante el tiempo que permanezca ausente, de este modo se avanzará y la vuelta será menos agobiante.
Contar con una buena agenda es esencial
Muchas personas regresan de las vacaciones sintiéndose como si fuera su primer día de trabajo, habiendo olvidado los detalles más básicos. Hay que dejar las anotaciones sobre lo que quedó pendiente, las reuniones programadas o el estado de las tareas.
Esto es crucial para no perder tiempo y retomar la actividad con la mayor eficiencia posible. Como decía el empresario y conferencista Stephen Covey, «la planificación efectiva es la clave para el éxito».
Programar una vuelta más relajada
Llegando al hogar unos días antes de terminar las vacaciones. No es recomendable llegar a casa y volver al trabajo al día siguiente. El reconocido psicólogo Daniel Kahneman sugiere que el bienestar se ve influenciado por nuestra capacidad para gestionar el tiempo y la energía, por lo que conviene anunciar la vuelta al trabajo un día después de la realidad, dedicando esa jornada a reorganizarse.
Es preferible tomarse un tiempo para poner en orden nuestra mente, preparar la intendencia del hogar, adaptar los horarios de sueño y cuidar la alimentación.
Ponerse al día
Hablar con un compañero o un superior de confianza sobre lo que ha ocurrido durante nuestra ausencia es clave para alejar la incertidumbre sobre lo que no tenemos información. Esta conversación no solo nos actualiza, sino que también fortalece los lazos interpersonales en el entorno laboral. Compartir y facilitar conexiones personales y emocional ayuda a enfrentar los retos laborales con mayor determinación.
Planificar
Un plan de acción para la semana es fundamental para enfocarse en las prioridades sin agobios. Intentar abarcar más de lo posible puede resultar contraproducente; es más efectivo abordar lo urgente y posponer el resto. La planificación realista, al igual que el informe previo a las vacaciones, facilita la adaptación y permite una transición más suave.
Cuidar las emociones
Este es el momento perfecto para alegrarnos de estar de nuevo junto a los compañeros con los que compartimos objetivos y también, para preguntarnos cómo estamos y qué necesitamos para sentirnos bien.
Tener inteligencia emocional es crucial en el entorno laboral, ya que nos permite un ambiente de trabajo más colaborativo y comprensivo. Cuidar las emociones propias y la de lo demás facilita una mejor adaptación, promueve un sentido de comunidad y apoyo mutuo es siempre enriquecedor. Y no olvidar que el equilibrio entre el trabajo y la vida personal es crucial para el bienestar y la satisfacción en la vida.