ESTRELLA FLORES-CARRETERO
MADRID

Soy psicóloga, profesora, empresaria y escritora, aunque no necesariamente por ese orden. Tengo tres novelas publicadas: «Duele la noche», «Piel de agua» y «Días de sal».

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El blog de Estrella

Cómo mejorar la concentración para el estudio

Por el 16/09/2016

Leer, simplemente leer ficción, resulta especialmente necesario para los estudiantes de todas las edades porque mejora la concentración, pero hay que respetar unas reglas.

Concentración Estrella Flores-Carretero

La concentración es una capacidad básica que necesitamos desarrollar, sea cual sea nuestra profesión. Sin ella no podemos ser productivos ni eficientes en ninguna tarea. Puede que tengamos ideas geniales, pero si no somos capaces de concentrarnos cuando lo necesitamos, jamás conseguiremos alcanzar nuestras metas.

La concentración es esencial para el aprendizaje. Eso lo saben muy bien los estudiantes que después de varias horas de estar sentados picoteando en páginas de internet, haciendo dibujitos, abriendo un juego en la tableta, mirando el móvil… se dan cuenta de que deberían haberse concentrado en su objetivo si querían obtener los resultados adecuados. Las redes sociales, los smartphones, las tabletas hacen que ellos y nosotros seamos más dispersos que nunca.

La buena noticia es que la concentración se entrena, como casi todo, y a cualquier edad. Una forma sencilla de mejorar la concentración es la lectura, pero no basta con soltarles a los niños un libro y decirles que lean, porque no lo harán, se pondrán a pensar en sus cosas y no se enterarán de nada. La lectura debe estar dirigida en familia y ser disfrutada por todos; cuanto antes, mejor.

Cuando empieza el curso es normal que los padres se vean agobiados por los horarios y los deberes. Sin embargo, en ese tiempo familiar tiene que haber algo más que cenas, baños, tareas escolares, nervios y gritos.

Estas son mis recomendaciones para hacer de la lectura un hábito provechoso para la concentración y un tiempo de calidad en familia.

Establecer la hora de la lectura
Puede ser justo antes de la cena, a la hora de ir a dormir o ya en la cama. Procuremos que sea cada día en el mismo sitio y hacia la misma hora. No debe ser inmediatamente después de hacer los deberes ni de estar estudiando. Los chicos necesitan desconectar y descansar entre tareas, obligaciones y rutinas, al igual que los adultos. El descanso mental mejora el rendimiento.

Cuidar el ambiente
Elijamos un lugar donde estemos todos a gusto, con la luz adecuada y a una temperatura agradable. Es importante que no haya ruido ni televisión de fondo y, por supuesto, que descolguemos el teléfono o pongamos el móvil en silencio. No debe haber distracciones ni interferencias.

Elegir bien
Hay que buscar un buen asesoramiento en literatura adecuada para cada edad. No seleccionemos libros tan solo porque estén bien escritos. Es necesario que les gusten a los niños, que tengan historias que los enganchen y les interesen.

Tener paciencia
Debemos dejar que los niños lean, con paciencia, sin corregirlos constantemente ni enfadarnos si leen mal. Se trata de disfrutar de la historia, leer y escuchar concentrados. Hay que alternar su lectura y la nuestra; un trozo ellos, otro nosotros. Ni que decir tiene que debemos mostrar entusiasmo, impostar la voz, sobreactuar, sorprendernos, apasionarnos…

No cansar
No hace falta que el tiempo de leer sea demasiado prolongado. Diez, veinte minutos, dependiendo de la edad, es suficiente. Si los chicos aguantan más, genial, podremos llegar a dedicar media hora diaria a la lectura y a estar juntos; pero si soportan menos, no pasa nada.

Enganchar
Antes de empezar, padres e hijos pueden recordar juntos en voz alta dónde se habían quedado y qué estaba pasando. Si notamos que se despistan, hagamos incisos para preguntar: ¿qué crees que va a pasar?, ¿tú que harías en su caso?, ¿no te parece que se equivoca?…

Leer y comentar
La lectura es más que ese rato de cada día. Procuremos comentar en familia qué estamos leyendo, lo que va pasando en la historia, por qué nos gusta o qué final le habríamos dado nosotros. Eso no solo produce amor por la lectura, sino también empatía.

No hay edad
Leer en voz alta es un ejercicio de concentración magnífico a cualquier edad para quien lee y para quien escucha. Mientras los niños se dejen, no hay por qué abandonar esta costumbre. Cuando prefieran leer solos, sabremos cumplido con el objetivo de enseñarles a concentrarse.

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